José Ramón Remacha

El mirador diplomático

José Ramón Remacha


Francisco en Iraq

12/03/2021

La visita del Papa Francisco a Iraq es, aparte de su dimensión apostólica, un acontecimiento político relevante para la paz en Oriente Medio. Está en la línea de una idea ecuménica que busca el diálogo, incluso el entendimiento, entre cristiandad e islam. Comenzó a cobrar forma no hace mucho con el acercamiento de Francisco a los musulmanes sunitas cuyo núcleo intelectual radica en la Universidad de El Azar, en El Cairo. Ahora se ha dirigido a la facción contraria dentro del islam, que son los chiitas. Y ha sido con éxito. La visita de Francisco al Gran Ayatola Sistani, en su propia casa, es el testimonio de un entendimiento. 
Los chiitas son la gran mayoría en Iraq y por supuesto en Irán. También hay cristianos, en decreciente minoría y de varias confesiones (caldeos, asirios, siriacos, etc.), a los que se suman los kurdos y yazidíes. Iraq es un mosaico donde prima la religión por encima de la nacionalidad. Es inestable casi por naturaleza. No podemos olvidar que fue creado por Occidente al término de la primera guerra mundial a partir de la Mesopotamia, el espacio entre dos grandes ríos, Tigris y Eufrates, la tierra bíblica de Abraham. Le tocó a Gran Bretaña y se llamó el Reino de Iraq. Duró poco y luego vino lo que vino con el Baathismo, pasando por la invasión de 2003, la caída de Sadam Hussein, el terror del Daesh, el Estado Islámico, sanguinario. En 2014 Sistani levantó su voz diciendo que ni era Estado ni era Islámico. Y los chiitas de Iraq decidieron acabar con el califato bagdadí. 
El proyecto del viaje a Iraq tiene años en la política exterior del Vaticano. No pudo llevarlo a cabo Juan Pablo II. Y ahora se ha producido porque Francisco se ha empeñado, cueste lo que cueste, como nos ha relatado Navarro-Valls en su crónica. Ambos líderes han coincidido en que el terrorismo y la intolerancia son elementos contrarios a la religión. Sistani ha respondido a Francisco diciendo que para él los cristianos de Iraq son ciudadanos como otros y tienen derecho a vivir en paz. 
Afirmar la diferencia entre Islam y terrorismo es lo más relevante de esta entrada de Francisco en el mundo musulmán.