Los últimos del oro negro

L.M.
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Carbonerías Sancho es uno de los pocos negocios que trabaja con este combustible, del que se nutren restaurantes y particulares

Julián Sancho es la tercera generación de su familia en ponerse al frente del negocio, situado en la avenida Derechos Humanos - Foto: Luis López Araico

Cuando el abuelo de JuliánSancho decidió abrir en un pequeño local, de la por entonces avenida de EladioPerlado, un negocio de venta de carbón y madera, en la ciudad había cuarenta y cinco establecimientos que le hacían competencia. Corría el año 1969, en plena expansión del barrio de Gamonal, que crecía cada vez más gracias a la llegada de trabajadores desde el medio rural para trabajar en la pujante industria. Ante tal avalancha de nuevos vecinos, los edificios fueron escalando desde el suelo hacia el cielo burgalés, y muchos de ellos estaban equipados con cocinas económicas o calefacciones a base de carbón y leña. Prueba de ello son las famosas carboneras, cuartos habilitados en la planta cero o en los bajos de los pisos y que servían para almacenar el material.

Medio siglo después, el debate sobre el calentamiento global y las enormes emisiones de dióxido de carbono se ha colado de lleno en la agenda pública. Durante los últimos años han surgido novedosas iniciativas, más respetuosas con el medio ambiente para calentar el interior de los hogares, como el gas natural -que también contamina, aunque menos-, las calderas de pellet o las que funcionan gracias a la energía solar.

Son muy pocos los burgaleses que viven en la capital que siguen utilizando el carbón en sus domicilios durante los meses más fríos del año, ya que el negocio ha virado hacia otros sectores. «Los tiempos han cambiado mucho.El carbón mineral se sigue usando, pero apenas un 5% de lo que había antes», explica Julián Sancho, tercera generación al frente del negocio que fundó su abuelo, JuliánLozanoOrtega. Antes su principal fuente de clientes eran particulares, mientras que ahora los restaurantes copan la mayor parte de sus facturas, principalmente para abastecerse de cara a la cocina con parrilla a base de carbón vegetal. «Ahora la leña tiene mucha más salida, todo lo forestal está yendo para arriba y cada vez tiene más demanda», recuerda, que ha centrado su despacho en esta materia prima y sus derivados.

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