El Mirandés juega esta noche el partido más importante de su historia. La gloria, con todas las letras, está a un solo paso. Concretamente a un gol, el que le permitiría a los rojillos clasificarse para la final de Copa.

No hay nadie en la ciudad que durante las últimas semanas no se haya imaginado, aunque sea solo por un momento, en Sevilla a mediados de abril. Es un sueño complicado, porque enfrente está la Real Sociedad, pero posible. Y es que hasta el aficionado más optimista hubiera firmado llegar vivo al partido de vuelta. 

El gol de Matheus en Anoeta (2-1) invita a creer, entre otras cosas porque Celta, Villarreal o Sevilla también llegaban como favoritos pero mordieron el polvo en Anduva ante un equipo que ha demostrado que se crece contra los grandes. 

El estadio será una caldera porque en Miranda no se habla de otra cosa desde hace tiempo. Es el día en el que toda la ciudad se parará durante un par de horas, incluso aquellas personas que no suelen seguir el fútbol porque a estas alturas el Mirandés representa a todos los equipos modestos del fútbol español, el ejemplo de que David en ocasiones puede tumbar al gigante Goliath. 

En una semifinal ya no importan las dinámicas de cada conjunto, ni la polémica por haber tenido menos días de descanso ni casi la diferencia de categoría. La posibilidad de hacer historia pesa más.