El carro de combate -uno preside la entrada al acuartelamiento Diego Porcelos- ha constituido siempre la seña de identidad del cuartel general de la División San Marcial y de todas sus precursoras, desde la Acorazada Brunete al Mando de Fuerzas Pesadas pasando por la Mecanizada. Sin embargo, es más que posible que la fuerza que históricamente ha generado, adiestrado y dirigido la división -unidades siempre pesadas- le sean arrebatadas y pasen a depender orgánicamente de ella destacamentos y mandos ligeros, de despliegue rápido, tales como Operaciones Especiales, Montaña, Helicópteros y Paracaidistas.

Estos cambios no son por ahora más que planes, pero los anunció públicamente el jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), el general Francisco Javier Varela, en su resumen de propósitos para este año 2020.  Además, en el mes de mayo el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba el Real Decreto por el que se establece la organización básica de las Fuerzas Armadas. En él aparece un avance muy esquemático de las modificaciones que el Ejecutivo quiere introducir en el Ejército de Tierra, Aire y la Armada. Por ejemplo, señala que la Fuerza se organizará por capacidades, con carácter modular y flexibilidad, de forma que permita la preparación y la evaluación de sus unidades y facilite su transferencia total o parcial a la estructura operativa de las Fuerzas Armadas. Asimismo, posibilitará el desarrollo de los niveles de esfuerzo que, en cada caso, señale el Gobierno.

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