Ninguna condena en 5 años tras 15 juicios por acoso laboral

F.L.D.
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En la vía penal. La dificultad de probar un caso de 'mobbing', incluso en la jurisdicción civil, disuade a muchos trabajadores, que prefieren que su situación se resuelva con la extinción del contrato y la indemnización

Ninguna condena en 5 años tras 15 juicios por acoso laboral - Foto: Alberto Rodrigo

Muchas horas dedicadas al trabajo, demasiado estrés, presión por parte del jefe, una remuneración que no termina de colmar todo el esfuerzo destinado a conseguir unos objetivos que marca la empresa. Cualquiera ha llegado a sentir este tipo de situaciones en su día a día y muchos incluso han terminado solicitando la baja por problemas psicológicos, de ansiedad o incluso físicos. Si a todo esto le sumamos un mal ambiente con sus compañeros o con sus superiores, una persona puede llegar a la conclusión de que lo que está sufriendo es una situación de acoso laboral. Sin embargo, tanto el ámbito judicial como el preventivo marcan unos puntos muy claros que delimitan los casos de ‘mobbing’ con otros, que llegan incluso a ser igualmente nocivos, como pueden ser la discriminación, el síndrome del quemado o simplemente una mala relación con otros empleados. No en vano, el mero hecho de acudir a los tribunales para demostrar un asunto de maltrato ya es un camino empedrado, más aún si tu objetivo final es llevarlo a la vía penal.

Los datos son bastante tozudos en este sentido. Según la Memoria de la Fiscalía, desde hace cinco años solo se han instruido diligencias sobre acoso laboral en 15 ocasiones, sin que ninguna de ellas haya terminado en una sentencia.  2017 fue el año en el que más asuntos se investigaron, 6, mientras que el resto se reparten testimonialmente desde 2014. «No se suele derivar a temas penales porque el trabajador suele quedarse en el ámbito laboral. Lo que busca es que la situación se resuelva dentro de la empresa o, si es imposible, extinguir la relación con una indemnización de por medio», sostiene Francisco López,  vicepresidente del Colegio de Graduados Sociales de Burgos y responsable de Barriomirón Consultores.

Pero probar una situación de ‘mobbing’ tampoco es algo baladí. Conseguir que un juez te de la razón es un proceso largo y costoso, sobre todo a la hora de aportar pruebas contundentes que certifiquen que una persona está sufriendo episodios de maltrato en el trabajo. López explica que el primer paso que suele dar cuando un trabajador acude a su despacho es confirmar que efectivamente se está dando el acoso y no se confunde, por ejemplo, con la discriminación u otro tipo de situación negativa dentro del ámbito laboral. «La ley tiene muy tipificados estos asuntos con una serie de características. No todo es acoso», sentencia.

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