"Esta semana recuperamos la actividad quirúrgica"

Ó.C.
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ENTREVISTA | Juan Ignacio Mateos no ha perdido ni un ápice de las ganas y la ilusión que le empujaron a convertirse en el nuevo director médico del hospital Santiago Apóstol. En el centro comarcal de Miranda de Ebro acumula 18 años de experiencia

"Esta semana recuperamos la actividad quirúrgica"

Juan Ignacio Mateos es el nuevo director médico del hospital mirandés. En este mes de septiembre "he cambiado el fonendo por la corbata y el ordenador", resume en su nuevo despacho. Con el cambio tratará de mantener la calidad asistencial y hacer de nexo de unión entre pacientes, compañeros y la gerencia. Sobre su mesa se acumulan los protocolos contra el coronavirus, lo que suma complejidad a cualquier puesto de gestión en la sanidad. Tras repasar todos los condicionantes, bromea y suelta que uno de sus retos será "no perder amigos" entre sus colegas de profesión.

¿Cuál es el objetivo con el que tomó posesión en el cargo?

Al principio tampoco tenía claro si iba a ser capaz porque nunca me he dedicado a la gestión. No es irme a otro hospital, porque en eso el hígado sigue a la derecha y el bazo a la izquierda. Dejo todo eso y tengo otros retos. Más allá de la toma de contacto, en la gestión he visto que todo va muy día a día, más en la época en la que estamos. A lo mejor ahora te digo una prioridad y dentro de dos días cambio todo. La gestión estaba siendo buena y seguiré la misma línea. Intentaré dar salida a las necesidades de los compañeros en refuerzos de personal, que se intentará, y mejorar los equipos si es posible. Luego hay una línea que es la atención a los pacientes con calidad.

La valoración de los pacientes, ¿es buena?

Sí. La gente está contenta y al margen de algunas aptitudes, los ciudadanos también lo están haciendo bien. En estos momentos hay comprensión porque se dan cuenta de que no se pueden cubrir todas las necesidades. Se atenderán, pero hay que priorizar, como se ha hecho sobre todo en los meses de confinamiento. Ahora hay que dar salida a lo que se ha quedado parado, porque a los pacientes la cadera les sigue doliendo y también importa.

¿Cómo es esa vuelta a la normalidad?

Buena. Hemos tenido profesionales que han cambiado sus vacaciones y por ejemplo la actividad quirúrgica en agosto es un poco más baja, pero en este 2020 no hemos llegado a los niveles de otros veranos. Además esta semana recuperamos la actividad quirúrgica de antes de la pandemia para dar salida a lo atrasado en estos meses. No ha estado olvidado, pero hemos priorizado las urgencias y los temas oncológicos. Vamos a tener ya los tres quirófanos abiertos y hoy estaré con los jefes de servicio, sin olvidar que el coronavirus está presente y tenemos que convivir con la pandemia.

La actividad quirúrgica vuelve al 100%, ¿en el caso de las consultas?

También estamos mejorando. Una parte se hace por teléfono, lo que tiene que ver con resultados, pero hay otra en la que tienen que ser atendidos físicamente. Ahí estamos dando salida, como en Atención Primaria, para eliminar esa acumulación que ha ocasionado estar tres meses prácticamente sin consultas.

¿Cómo están las listas de espera?

No te puedo decir los datos concretos, pero no estamos mal. En el tema quirúrgico por ejemplo es normal porque hemos tenido menos visitas y no se programaban. Tenemos que mejorar y es necesario recuperar las primeras consultas, porque hay que comprobar lo que no se ha visto y luego ya programaremos si hay que operar o no. Sobre todo debemos captar aquellas primeras consultas que no se han hecho, para hacer las pruebas que se consideren los diferentes servicios y atender a los pacientes.

En cuanto a las especialidades del hospital, también hay que tener en cuenta la falta de médicos, que afecta sobre todo a Dermatología...

Es la que más preocupa. Las plazas están dadas y son buenos contratos. Hay escasez de médicos y este año el Ministerio ha aumentado las plazas MIR porque es algo generalizado. En el tema personal hay gente que prefiere ir a centros más grandes. Me consta que hay casos en los que se han rechazado mejores contratos en Miranda para ir a otros sitios. Ahí no podemos hacer nada.

Al margen de los dos dermatólogos, ¿qué necesidades hay?

Ahora mismo pocas. Tenemos plantillas acordes con la actividad asistencial, pero debemos prever el cambio generacional, que está llegando. Tenemos gente en edad casi de prejubilación y con la falta de médicos que hay estamos intentando que no llegue el día anterior a que se jubilen y que nos falte personal. Por eso estamos ofertando para incorporar un nuevo internista, porque nos deja un compañero, y también un cirujano que se irá.

¿Cuándo se harían efectivas las jubilaciones?

En dos o tres meses. Ya estamos buscando y serían dos interinidades de larga duración. Parece que en cirugía tendremos suerte y en medicina interna estará más complicado. Además acabamos de contratar a un anestesista pensando en esas posibles jubilaciones.

Luego puede haber problemas más puntuales en cuanto a bajas...

Pero en eso se está notando la predisposición de la gente. Una baja de diez o quince días no se nota tanto porque se suple con el esfuerzo de los compañeros. Esto no puede hacerse durante seis o siete meses.

El hospital cada vez atiende a menos población, ¿puede perder alguno de sus servicios?

No vamos a perder lo que tenemos y el hospital luchará por tener más cosas si es posible. Acabamos de comprar una máquina para unas técnicas de factores de crecimiento. Perder lo que hemos conseguido es un error. En cuanto a la población, las urgencias, que son una de las entradas, no han bajado. También hay que tener en cuenta el envejecimiento de la zona. Miranda tiene muchas residencias, con ancianos con patologías crónicas. Además hay que tener en cuenta la población de Álava y La Rioja que acude por cercanía.

A todas estas peculiaridades del hospital hay que sumar la covid. ¿Cómo es trabajar con este virus?

Soy optimista y estamos mucho más preparados de lo que estábamos en marzo. Todos los protocolos que ahora tenemos no existían. Probablemente sigamos aprendiendo pero tenemos herramientas y la gente también está muy concienciada. Entre todos lucharemos pero tenemos que volver a lo de antes y hay que volver a tratar un juanete, teniendo en cuenta la espada de Damocles.

¿Cómo está el ánimo dentro del hospital?

Cada uno lo vive a su manera pero estamos bien. No hemos tenido deserciones, al contrario. Al principio de la pandemia tuvimos un problema con cinco compañeros que se pusieron de baja y no tuvimos ningún problema en que otros ayudaran. Es lo que toca. El militar va a la guerra y a los médicos nos ha tocado esto que va en el suelo.