Ponen trampas para la procesionaria y reducir su población

Ó.C.
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Con la llegada de la primavera este insecto se desplaza y genera problemas a los niños y sobre todo a perros. El punto que más preocupa y donde se han colocado estos elementos es San Juan del Monte

Ponen trampas para la procesionaria y reducir su población

La llegada de la primavera coincide con la aparición de la oruga procesionaria. Este insecto puede ser un peligro para niños, pero sobre todo para perros, puesto que los pelillos que desprende pueden causar desde picores a reacciones alérgicas en humanos y en los animales al olfatearlas, puede provocar que el veneno entre en su organismo y fallecer. Este es un problema típico en estas fechas y poco a poco ha crecido la concienciación. El año pasado Izquierda Unida colocó carteles informativos y en este 2020 desde el Ayuntamiento de Miranda se han tomado medidas para atajar el problema, con la instalación de trampas en el paraje de San Juan del Monte, junto a otras acciones en el casco urbano, donde la presencia es menor.

Así lo explica el concejal de Medioambiente, Unai Letona, quien tomó esta medida antes de que se anunciaran las restricciones de confinamiento por los problemas del coronavirus. El punto que más preocupa es la zona recreativa de San Juan del Monte, en el entorno de La Laguna. En este paraje las competencias son municipales y a la espera de lo que pueda suceder con el coronavirus, es habitual que se acerquen muchos mirandeses a pasear o a pasar el día, y por eso se instalaron una "veinte trampas en una superficie de unas 40 hectáreas", afirma el responsable municipal. El sistema que se ha utilizado consiste en colocar en los troncos de pinos afectados por esta plaga "un depósito de feromonas", para atraer a las orugas y que ni siquiera puedan bajar al suelo para trasladarse a otro árbol.

Letona indica que espera que este método sea efectivo y es además como resalta "la propuesta más económica" de las que se plantearon en un primer momento. También advierte que es la más viable desde el punto de vista técnico. En este sentido, afirma que otra de las posibilidades que se barajó en Medioambiente fue podar directamente las ramas que estuviesen afectadas por este insecto para eliminarlo, pero dada la gran cantidad de nidos que hay en el paraje, se optó por esta segunda solución "para mitigar la presencia de este insecto", recalca Letona, que añade que dada la situación de transición en el cambio del contrato de limpieza viaria, que también se encarga de las plagas, se ha tenido contratar con una empresa externa para tampoco sobrecargar a la plantilla municipal.

El concejal responsable aclara que los sitios dentro del casco urbano en los que sí que se ha detectado la presencia de esta oruga ya se ha actuado con el método de la poda, puesto que el número "no era tan elevado como el área recreativa del monte", por lo que manifiesta que en este caso sí que era la mejor opción. Al margen de las medidas, hay que tener en cuenta que el espacio en el que se han distribuido las trampas comprende solo 40 hectáreas que corresponden a la zona en la que el Ayuntamiento tiene la responsabilidad en San Juan. En el resto del monte no se han puesto trampas, por lo que una vez se sale del área de las casetas y del aparcamiento hay que tener en cuenta que la oruga tendrá la misma presencia que ha tenido otros años por lo que hay que mantener la precaución. Por el momento habrá que ver qué incidencia tiene este año la medida, teniendo en cuenta factores como la lluvia que pueden reducir el número, o el tiempo en el que se mueven de árbol en árbol