El Carnaval de las mascarillas

R.E.M.
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Poco ambiente festivo en las calles de la ciudad sin actividades programadas y únicamente los más pequeños de la casa mantienen la celebración con sus disfraces. En Salas, la iniciativa de Ademus llena de color las fachadas

La plaza Mayor se convirtió en el foco principal de este carnaval en la ciudad. - Foto: Patricia

Un Carnaval más infantil que nunca y con las mascarillas ganando por goleada a las máscaras. La fiesta que cada año trae el Carnaval a nuestras calles se ha reducido a la mínima expresión por la pandemia y la nota de color únicamente la aportaban unos cuantos niños que se disfrazaron junto a sus padres. Sin concurridos desfiles, ni actividades en grupo de colegios y peñas, la celebración pasará de largo por el calendario sin hacer demasiado ruido.

Hacía buena temperatura para el mes en el que nos encontramos y la lluvia había dado un respiro después de tantos días seguidos sin parar. Unas circunstancias perfectas para haber desarrollado el Carnaval en condiciones, si el coronavirus no siguiese entre nosotros. La música y la celebración apenas estaban presentes y costaba encontrar personas disfrazadas. Eso sí, la gente se animó a salir y llenar las terrazas pero el ambiente festivo brillaba por su ausencia.

En la Plaza Mayor se encontraba el punto principal de reunión de familias y amigos que sacaron sus trajes, pelucas y pinturas para dar un poco de color al día. Costaba mucho más que otras veces encontrar disfraces ingeniosos caseros que sorprendiesen y muchos optaron simplemente por utilizar algún complemento básico que reflejase que era Carnaval por aquello de mantener vivo el espíritu festivo. Aunque básicamente, como decimos, los adultos que se animaban lo hacían principalmente por acompañar a sus pequeños. Así se pudo ver durante la tarde del sábado paseando por el casco histórico de la ciudad a una familia de abejas, de Peppa Pig, de 101 dálmatas, de Los Picapiedra, de payasos o de vacas.

En las calles de Salas se han colgado 140 carteles pintados por vecinos, estudiantes e internos en residencias. En las calles de Salas se han colgado 140 carteles pintados por vecinos, estudiantes e internos en residencias. - Foto: F2estudio

Tampoco faltaban personajes de películas, libros y dibujos animados, siempre tan amados por los niños. Caperucita y el lobo, Harry Potter, y superhéroes y princesas varias también hicieron acto de presencia. Más costaba encontrar ese ambiente carnavalero en otras zonas de ocio como Las Llanas, donde escasos grupos de amigos se lanzaron a vestirse para la ocasión.

Entre juegos, carreras y sonrisas se desarrolló una jornada que tenía como principal finalidad pasar un buen rato. No había ningún acto programado para estos días, puesto que las condiciones sanitarias han obligado a suspenderlos. Se querían evitar grandes aglomeraciones para frenar la expansión del coronavirus y esto unido a que actualmente solo están permitidas las reuniones de cuatro personas hacía que la imagen poco o nada se pareciese a lo que estamos acostumbrados.

"Nosotros lo hacemos por los niños, en el colegio también han hecho actividades esta semana, y ya que ellos querían salir a la calle disfrazados pues nos hemos animado también", reconocía un grupo de amigos que había salido con sus hijos. "Hace buenísmo, no llueve, no hace viento, así que hemos aprovechado para disfrutar un poco dando un paseo ya que no se puede hacer mucho más", comentaban otros padres mientras tomaban un café junto a la Plaza Mayor.

Muchos explicaban, eso sí, que este año tampoco se lo habían "currado" tanto como otras veces y habían tirado de aquellos complementos que encontraron por los cajones.

Tocó adaptarse a la pandemia y se consiguió, también en la provincia. Unos cuantos pueblos quisieron mantener la tradición y la solución más recurrente que se encontró fue pedir a los vecinos que enviaran sus fotos celebrándolo con la familia desde casa y premiar a las mejores. Pasará a la historia este Carnaval sin pena ni gloria, aunque con la esperanza de cantar con fuerza dentro de poco aquello de ay, no hay que llorar, que la vida es un Carnaval, y es más bello vivir cantando.

La imparable fuerza y el color del Carnaval en Salas de los Infantes. La iniciativa para llevar el Carnaval a las calles de Salas de los Infantes, impulsada por el Ayuntamiento y la Asociación de Amigos de la Música (Ademus), ha sido un éxito. Este fin de semana se han colgado los 140 carteles pintados por vecinos, estudiantes y usuarios de las residencias Río Arlanza y Santa María la Mayor. / fotos: f2estudio