Un 'okupa' en el estómago

Agencias
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El único reservorio conocido de la helicobacter pylori es el aparato digestivo humano, donde puede permanecer años sin que se note

La bacteria helicobacter pylori puede alojarse en el estómago y permanecer allí durante años sin que se note. En otras ocasiones, produce síntomas como náuseas o dolor de estómago e, incluso, puede llegar a causar enfermedades graves.

La infección por este germen es una de las más habituales en los seres humanos. La sufre aproximadamente el 60 por ciento de la población, aunque en lugares con niveles socioeconómicos más bajos y peores condiciones sanitarias llega a afectar al 80 por ciento, según datos de la Fundación Española del Aparato Digestivo (Fead).

Se trata de una bacteria en forma de espiral que tiene flagelos en uno de sus extremos y que sobrevive en condiciones muy adversas. «Es microaerofílica, lo que significa que para sobrevivir necesita niveles de oxígeno muy inferiores a los que se encuentran en la atmósfera. Además, es de crecimiento lento y posee características microbiológicas que le permiten sobrevivir en condiciones extremadamente adversas como el ambiente fuertemente ácido del estómago», detalla Carlos Suárez, especialista en aparato digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED).

De hecho, el experto añade que el único reservorio conocido de la bacteria es el estómago humano. Pero, ¿cómo llega este microorganismo al órgano? El doctor Suárez explica que la infección se transmite principalmente por vía fecal-oral, es decir, a través de la ingesta de agua o alimentos contaminados con materia fecal portadora de estos microorganismos.

«Se ha podido encontrar material genético de helicobacter pylori en sistemas de abastecimiento de agua y algunos estudios avalan su presencia en aguas subterráneas, agua de pozos y en aguas residuales no tratadas», señala.