La relación del Ayuntamiento de Burgos con las compañías de telecomunicaciones sigue dando lugar a controversias ya que mientras el Consistorio se mantiene inflexible al prohibir el despliegue de la fibra óptica por las fachadas de los edificios, las empresas interpretan de otra manera la normativa e incluso en ocasiones tratan de burlar las restricciones municipales y acometen algunos de estos trabajos sin los preceptivos permisos. El último tira y afloja se ha producido con la firma de 3 resoluciones en el último mes desde el área de Licencias en las que se impone a Orange otras tantas sanciones por realizar tareas de despliegue de fibra en edificios residenciales sin la correspondiente autorización.

Las resoluciones hacen alusión a la instalación de cableado en fachas de edificios de las calles Avellanos, Compostela (junto a la plaza Santiago) y Melchor Prieto (cerca de San Francisco) y desde el área de Licencias se detalla que la imposición de las multas, de mil euros cada una de ellas, obedece a que se han realizado los trabajos por parte de la compañía de telecomunicaciones «careciendo de la preceptiva licencia municipal».

En los casos de las calles Avellanos y Melchor Prieto sí se ha admitido un atenuante que ha servido para reducir el importe de la multa al 50% ya que en estas zonas se sostiene que los trabajos se han realizado sin licencia aunque «la totalidad de lo ejecutado es conforme al planeamiento urbanístico». Lo que no exime de que se haya abierto el expediente sancionador por la ausencia de la licencia.

El despliegue de la fibra óptica en el centro histórico sigue pendiente de un gran acuerdo entre el Ayuntamiento y las compañías de telecomunicaciones para que muchos negocios que llevan reclamando desde hace años internet de alta velocidad vean cumplidas sus expectativas.

La crisis sanitaria no ha hecho sino poner aún más evidencia la imperiosa necesidad de que el comercio se digitalice y eso, más allá de la voluntad de cada emprendedor, pasa por poder disponer de fibra óptica.