La exportación de municiones reporta 636 millones en 5 años

G.Arce
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La provincia, liderada por el complejo industrial de Maxam, encabeza el ranking nacional de exportaciones de este material de defensa desde 2017 y teniendo como cliente de referencia a Arabia Saudí

Soldados españoles instalan un mortero en el transcurso de unas maniobras militares. - Foto: Luis López Araico

Burgos se mantiene como la primera provincia exportadora de armas y municiones de España desde hace un lustro gracias a la actividad industrial del complejo de Maxam en el páramo de Masa, un comercio legal y regulado aunque siempre rodeado de polémica, que sostiene varios centenares de empleos directos e indirectos en la provincia. En los cinco primeros meses de 2021, último registro que se puede consultar en la Base de Datos de Comercio Exterior de las Cámaras de Comercio españolas, ya ha vendido por valor de 66,3 millones de euros de este material de defensa, cantidad que asciende a 636 millones de euros si se suman los últimos cinco años de actividad en los que la provincia ha liderado este mercado.

Hasta el pasado mayo, España en su conjunto ha comercializado 213 millones de euros dentro del capítulo aduanero centrado en armas y municiones, el número 93. Tras Burgos, que aglutina el 31% de las ventas totales en los cinco primeros meses de 2021, están las provincias de Madrid (25,9 millones), Guipúzcoa (25,5), Barcelona (27,3), Álava (17,7), Zaragoza (15,5) y Granada (12,8), entre otras.  

El negocio de defensa ocupa el décimo lugar en el comercio exterior de la provincia, que hasta mayo suma 1.439 millones de euros en el total. El primer capítulo exportador es el farmacéutico (253 millones), seguido de los neumáticos (119), la cosmética (117,5), la maquinaria (103,5) y la automoción (93,4). 

El principal cliente en defensa de Burgos es Arabia Saudí, que en 2021 ya acumula la mitad de las ventas de armamento realizadas por la provincia (32,8 millones de euros) y que desde 2017 suma una factura de 204,3 millones de euros, el 60% de los 338,7 millones que ha gastado en España para equipar de «bombas, granadas, torpedos, minas, misiles, cartuchos y demás municiones y proyectiles», entre otros materiales, a sus fuerzas armadas. Solo el pasado febrero, por citar un ejemplo, se cerraron ventas de 19,4 millones de euros, alcanzando las cifras más altas en las relaciones comerciales con el régimen de Riad.

En total, el país árabe, uno de los principales consumidores de armamento del mundo con participación directa o indirecta en muchos conflictos bélicos activos, ha movido 10.100 toneladas de material desde el páramo de Masa en las 86 operaciones de compra cerradas en los últimos cinco años, según consta en los registros aduaneros públicos. 

El mayor volumen de compras se realizó en 2017 (3.778 toneladas por valor de 178,8 millones) cifra que ha ido disminuyendo hasta las 1.751 que suman hasta el pasado mes de mayo. Toda esa mercancía ha sido canalizada por carretera, principalmente, desde el páramo de Masa hasta los puertos marítimos de Santander y Bilbao para su transporte en barco a destino.

El pasado año, según consta en las Estadísticas Españolas de Exportación de Defensa, el principal gasto de los sauditas en la industria armamentística española se centró en la compra de 91.925 granadas de mortero de 60, 81 y 120 milímetros y en 84 morteros de 60 milímetros.

Son exportaciones autorizadas por la Secretaría de Estado de Comercio, adscrita al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, previo informe de la Junta Interministerial Reguladora del Comercio Exterior de Material de Defensa y de Doble Uso (JIMDDU). Asimismo, en este operativo interviene, como en el conjunto del comercio exterior, los servicios aduaneros de la Agencia Tributaria.

Marruecos. Los sauditas son el principal cliente pero no el único, también destacan las compras realizadas desde los Emiratos Árabes Unidos (58,1 millones desde 2017), país que junto a su vecino árabe está directamente implicado en el conflicto bélico de Yemen. También Marruecos es un buen comprador, pues ha adquirido en Burgos por valor de 52 millones de euros desde 2017 antes, al menos, de que las relaciones entre ambos países se deteriorasen por la crisis humanitaria en la frontera de Ceuta. 

En 2020, el país vecino compró, entre otros materiales, granadas de mortero, repuestos de mortero, explosivo plástico, detonadores, cordón detonante y mecha lenta, según consta en los registros comerciales del Gobierno, productos algunos de ellos que se fabrican en el complejo industrial burgalés del páramo de Masa.

En lo que va de año, el segundo cliente comercial de Burgos es Egipto, con unas ventas de 17,4 millones hasta mayo, seguido de Bélgica y Filipinas, con 3,9 y 3,1 millones, respectivamente, hasta completar una veintena de países.