«La corrupción del Estado llegará hasta donde le dejemos»

I.L.H.
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Guionista, dramaturgo y periodista argentino. Ha ganado, entre otros, el Premio Memorial Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón (2007). Además de la serie del comisario Lascano, ha publicado El relicario y Me verás caer, y obras de teatro

Ernesto Mallo, guionista, dramaturgo y periodista argentino. - Foto: Leandro Teysseire

No hay personaje bueno. En La ciudad de la furia, de Ernesto Mallo, nadie es inocente. El escritor argentino ha gestado una novela negra en la que ningún ser humano implicado sale bien parado. Pero, pese a lo oscuro de los acontecimientos, lo más inquietante es que no parece ciencia ficción precisamente.

La ciudad de la furia (Siruela) es un polvorín marcado por las circunstancias después de una pandemia: los efectos de la crisis sanitaria y de la recesión económica han arrojado a millones de personas a la pobreza, el poder y el dinero se concentran cada vez en menos manos y los gobiernos optan por la represión. El hijo de Erhardt, un poderoso magnate empresarial y una de las personas más influyentes del país, aparece asesinado en el empobrecido barrio de la Villa, donde el magnate quiere crear un complejo inmobiliario de lujo. El encargado de la investigación es el fiscal Diego Saralegui, al que el caso no le pilla en su mejor momento. Y lo que ocurre es que en medio de ese desbarajuste de violencia, intereses económicos, poder, opresión y falta de escrúpulos todo es posible. Lo cuenta este miércoles en el canal de Instagram del MEH (18.30 horas).

Lo primero que llama la atención e inquieta es que no haya nadie bueno y que, sin embargo, no reste verosimilitud a la historia, sino todo lo contrario. 

Es producto del momento que estamos viviendo. Es un momento de muchísima maldad y perversidad y hay señales muy graves de cuestiones que pueden llegar a suceder. Es como una novela vacuna. Debemos pensar muy bien en las consecuencias de la pandemia, las políticas que se están aplicando en el mundo... Es un momento muy serio. Y precisamente la ausencia de bondad en la novela tiene como objetivo o como deseo producir ese vacío que ayude a pensar en lo que nos puede pasar.

La novela se presenta como una distopía con políticos, empresarios, jueces y policías corruptos. ¿Hasta dónde puede llegar la corrupción de un Estado?
Hasta donde la dejemos los ciudadanos. La máxima corrupción es una dictadura. En los tiempos modernos hay menos dictaduras formales, de militares y opresión. Ahora las dictaduras son económicas, las corporaciones son las que mandan, dirigen, ponen y sacan gobiernos y las que no van a dudar en acudir a las armas si las cosas se ponen un poco tensas.

«El Estado debe de tener el monopolio del miedo», dice uno de los personajes. ¿Teme que las restriccioneshoy excepcionales por la pandemia acabe nsiendo lo normal?
Las medidas que se toman son para no colapsar los hospitales, pero no tiene nada que ver con un estado permanente. No debemos permitir que se hagan habituales, aunque el riesgo está ahí. Tenemos que recuperar nuestros derechos y libertades en cuanto esto pase. Los ciudadanos debemos hacer mejores elecciones y selecciones. Hay que votar con la razón y no con el corazón.

El protagonista,  el fiscal David Saralegui, no se sabe si es un pobre hombre que ha perdido el norte o ya venía con él perdido.
Es el típico producto de la clase alta. No es muy inteligente, tal vez su familia ha perdido algo de dinero, se ve obligado a buscar un trabajo y para eso sirven los contactos. Yo creo que es un pobre tipo que no sabe ni quién es. Y anda en toda la novela buscando su identidad, pero cuando la encuentra ya es tarde. 

La acción transcurre en Buenos Aires, pero en realidad podría estar pasando en cualquier ciudad del primer mundo. ¿Por qué eligió su país?
Esta novela sufrió muchísimos cambios radicales, más que ninguna otra mientras la redactaba. Al principio era una ciudad inventada pero perdía mucha fuerza, así que debía ubicarla en un lugar concreto, con un lenguaje concreto. Y en una ciudad como Buenos Aires lo que se ve claramente es el abismo, la grieta entre los sectores más ricos y más pobres porque están muy cerca físicamente: una calle separa la riqueza de la miseria.

¿Dónde estaría el rayo de sol en esta Ciudad de la Furia si lo hubiera?
El rayo de sol siempre es el mismo, siempre está en el amor. Ybueno, hay que decir que alguien logra escapar, no con muy buenos medios, no muy honestamente, pero escapa.

¿Lo que le salva  es lo que le hace el menos malo.
Yo creo que sí. Hace lo que puede. Es un hombre muy reservado, de gran inteligencia y con una sensibilidad oculta. Siempre muestra su perfil más cínico y más duro, pero hay una sensibilidad que deja aflorar, sobre todo en los diálogos con el protagonista.

En la novela mezcla el argentino y el castellano, conviven bien y se entienden los giros. ¿Lo ha conseguido, supongo, porque su trayectoria vital también va por ahí?
Sí, y es un tema que me ocupa muchísimo. Estoy viendo cómo evoluciona mi uso del lenguaje. Y lo que apuntas es absolutamente cierto. Yo ahora, por ejemplo, hablo de tú y nunca en la vida lo había hecho. Se van mezclando porque creo que estoy gestando un nuevo lenguaje, una manera tal vez más universal de escribir. Antes era muy, muy argentino escribiendo, y ahora no lo soy tanto y tal vez es una ganancia. El problema de las jergas o de los modismos es que para un lector que no participa de ellos son como baches en la carretera. Al final empobrecen la comprensión y la relación entre el autor y el lector.

La novela es oscura, incluye cierta desesperanza y sin embargo se lee con soltura y hasta con gracia. ¿El propósito era parecer liviano para que la crudeza fuera más efectiva?
Para mí es importante que una novela entretenga. Es un mérito. En este caso está contada con mucha naturalidad. Los personajes están insertos en este mundo terrible con enorme naturalidad. Es como la guerra. Nosotros lo leemos con angustia, pero quien está en ella a diario, aunque esté sufriendo lo vive con la naturalidad de saber que eso es lo que hay. Creo que ese es el tono de la novela y le da un contraste interesante. La situación es terrible y la gente lo vive como si nada.