Burgos, entre las provincias más inflacionistas en 20 años

H.J.
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El Índice de Precios de Consumo se ha incrementado un 49,5% desde que la moneda europea sustituyó a la peseta, un porcentaje que la convierte en la novena de España

Desde el primer momento de su entrada en vigor se temió que el redondeo afectase al alza. - Foto: Jesús J. Matí­as

Fue un cambio radical y repentino, la transformación monetaria de todo un continente de la noche a la mañana, un reto que el paso del tiempo ha diluido hasta normalizarlo y hoy muy pocos se acuerdan todavía de la vieja moneda. El duelo por la peseta está más que superado y parece mentira, pero acaba de cumplir 20 años. 

La moneda única de la gran mayoría de países de la Unión, el euro, entró en vigor el 1 de enero de 2002 y lo hizo con la promesa de proporcionar crecimiento y prosperidad a todo un continente. Hoy sigue vigente, pese a las amenazas de ruptura que ha vivido por el camino, y es un elemento de estabilidad y fortaleza para las frágiles economías nacionales. Porque por el camino ha tenido que superar dos fortísimas crisis: primero la financiera de 2008 y después la de la covid de 2020. La salida de la segunda todavía no la conocemos, pero parece que será más rápida que la primera.

En su momento, el cambio de moneda fue recibido con entusiasmo en términos globales pero con cierto recelo a nivel microeconómico, pues todo el mundo temió que el redondeo fuera aprovechado al alza para un incremento de precios velado. Y en efecto, sea por la nueva divisa o por la tendencia general de toda economía que crece (aunque con altibajos), así ha sido en estas dos décadas.

En la provincia de Burgos, el Índice de Precios de Consumo (IPC) se ha incrementado un 49,5% desde el mes de enero de 2002 hasta noviembre de 2021, último dato disponible. Esto convierte al territorio burgalés en uno de los más inflacionistas de toda España, pues se sitúa en novena posición de las 52 provincias y ciudades autónomas. Está por encima de la media nacional, que es del 47,8%, y lejísimos de las menos inflacionistas: Las Palmas y Tenerife no llegan al 40%, mientras Ceuta lo supera ligeramente y Badajoz o Cádiz rondan el 42-43%.

A Burgos solo la superan ocho provincias. El listado lo encabeza Barcelona, donde la vida se ha encarecido un 55,5% en todo este tiempo, seguido por Lérida y Gerona, ambas por encima del 53%. León se sitúa en cuarto lugar, después viene Álava, La Coruña y Segovia, hasta llegar a la octava clasificada que es Vizcaya, la inmediatamente anterior a Burgos con apenas una décima por encima.

El resto de provincias de Castilla y León figuran todas por detrás de la burgalesa, como Ávila con un 47,8%, Valladolid con un 47,6% o Salamanca y Palencia. Estas dos últimas se sitúan en el pelotón de cola del listado de provincias inflacionistas, Pues ninguna llega al 45 por ciento de incremento de precios a lo largo de los últimos veinte años.

Dientes de sierra. Si nos fijamos exclusivamente en la gráfica de variación de los precios en la provincia de Burgos desde enero de 2002 se observa un comportamiento muy irregular de la tasa interanual, salpicada de constantes dientes de sierra. Inicialmente, y coincidiendo con la entrada en vigor del euro, se produjeron tensiones inflacionistas contenidas en torno al 3,5% anual y en los años posteriores los precios siguieron creciendo entre un 2 y un 3 por ciento. 

A las puertas del pinchazo de la burbuja económica de 2008 el IPC interanual estuvo creciendo en torno al 4,5% e incluso 5% durante varios meses, hasta que de repente la gran crisis financiera e inmobiliaria hizo que se desplomaran hasta una inflación negativa del -1,5%. La recuperación posterior devolvió al coste de la vida a la senda del 3% de crecimiento, pero de nuevo en 2015-2016 hubo otro episodio de deflación.

La contención de precios había sido la tónica de los años precedentes hasta que la pandemia los devolvió a guarismos por debajo de cero, y en los últimos meses ha llegado la traca final. Un cóctel explosivo en el que se mezclan las dificultades para obtener suministros internacionales ha provocado que los precios se disparen y se batan récords de inflación que no se habían visto en los últimos años. El último dato conocido para Burgos (recordemos que data de noviembre) habla de un 5,7% de incremento de precios a lo largo de los últimos 12 meses.