Burgos recibe récord de vacunas para afrontar terceras dosis

GADEA G. UBIERNA
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El Gobierno ha enviado 87.750 unidades de Pfizer/BioNTech contra la covid a la provincia, en la que hay 31.000 personas que aún no han recibido pinchazo alguno

El pasado fin de semana se inyectaron unas 1.500 terceras dosis a nacidos en 1952, según datos oficiales. - Foto: Luis López Araico

El Ministerio de Sanidad envió el pasado viernes la mayor remesa de vacunas contra la covid a la provincia desde el comienzo de la campaña: 87.750 unidades, todas del preparado desarrollado por Pfizer/BioNTech, según información oficial de la Junta. El objetivo de semejante suministro (el más alto hasta la fecha era de 48.750 dosis, a finales de junio) es facilitar la organización de la administración de terceras dosis a la población para la que ya está recomendado el refuerzo (mayores de 60 años y trabajadores sociosanitarios) y, a la vez, garantizar suministros suficientes para las personas que todavía no han podido o querido vacunarse frente a la enfermedad del coronavirus;en Burgos son unas 31.000, según datos oficiales.

La Consejería de Sanidad lleva meses implorando a estas personas que pidan cita para vacunarse porque, de lo contrario, seguirán estando desprotegidas ante una forma grave de la covid. Y más ahora que la sexta oleada es una realidad y los datos indican que el aumento de las incidencias acumuladas de contagios se está acelerando en todo Burgos, pero, sobre todo, en la capital. Sirva como ejemplo de ello que la tasa de contagio a 14 días se incrementó en la ciudad en 50 puntos desde el pasado viernes, cuando pasó de 242 a los 293 de este martes (siempre por cada 100.000 personas). Son unos valores muy inferiores a los registrados en anteriores oleadas (el pasado julio se rebasó el umbral de los 2.000 contagios nuevos en dos semanas), pero indicativos de que el virus se está transmitiendo con velocidad creciente. Y solo con que un 1% de esas 31.000 personas sin vacunar se contagien y desarrollen una forma grave de covid a la vez, el sistema sanitario de la provincia tendría que volver a volcar buena parte de sus recursos en la atención de la covid, en detrimento de todas las demás enfermedades.

Con el objetivo de evitar esta situación, la Gerencia de Atención Primaria ha aprovechado octubre y noviembre para hacer «captación activa» en la cohorte en la que menor porcentaje de vacunación completa se ha alcanzado, que es la que comprende a los burgaleses de entre 12 y 39 años. Pero no parece tarea fácil. Fuentes oficiales explicaron que se ha llamado por teléfono a 17.142 personas de estas edades y en 6.236 se logró entablar contacto. De estas, 2.381 accedieron a vacunarse; es decir, el 38% de las personas con las que se llegó a conversar. El 60% restante no pudo o no quiso recibir pinchazo alguno, dado que la vacunación es voluntaria en España.

Ocho de cada diez. Estas reticencias están provocando que la cobertura general de vacunados en la provincia lleve meses avanzando muy despacio. Ayer era del 81,3% de la población general, lo cual quiere decir que más de ocho de cada diez burgaleses de cualquier edad están vacunados. 

Ninguna vacuna evita el contagio ni la transmisión. Tampoco tienen una eficacia del 100% (siempre habrá alguien a quien no le haga efecto), pero es una evidencia que reducen ingresos y muertes.