Los bancos limitan los servicios de dinero en ventanilla

J.D.M.
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Ibercaja y CaixaBank comunican que desde enero dejarán de realizar ciertas operaciones en sus oficinas a partir de las 11 horas. Las entidades potencian el uso de los cajeros automáticos

Una decena de personas esperando para hacer gestiones en un cajero automático de Ibercaja en Gamonal. - Foto: Patricia González

El tradicional servicio de caja en ventanilla va camino de pasar a la historia. Hay entidades financieras que llevan tiempo limitando el horario de atención personal en las oficinas a la hora de realizar ciertas operaciones, principalmente las que suponen manejo de dinero en efectivo. En las últimas fechas, tanto CaixaBank como Ibercaja han comunicado a sus clientes por escrito que desde enero de 2020 dejarán de prestar el citado servicio de caja en ventanilla a partir de las 11 horas.

CaixaBank reducirá las horas para hacer ingresos, retiradas de dinero en efectivo o transferencias en «todas» sus oficinas. Además, este tipo de operaciones, recuerdan en la carta remitida a su clientela, no se realiza en las oficinas Store. El objetivo, explican fuentes de la entidad, es «adaptarse a los nuevos hábitos del cliente» y aclaran que «nunca dejamos a nadie sin atender».

Ibercaja también ha informado de que a partir del 15 de enero el horario de atención en caja pasa a prestarse de 8.15 a 11 h. en ocho de sus oficinas en Burgos, las de la barriada Juan XXIII; las calles Esteban Sáez Alvarado, Miranda, Toledo y Madrid, las avenidas Reyes Católicos y Cantabria y el paseo de las Fuentecillas. El cambio «nos permitirá dedicar más tiempo a lo que consideramos fundamental: ayudarte con lo que necesitas saber a la hora de tomar tus decisiones financieras», argumentan, también que «esos trabajadores dedicarán más tiempo a ofrecer servicios que aportan valor a la entidad».

Como alternativa fuera del citado horario, ambos bancos ofrecen realizar estas consultas y operaciones a través de sus servicios de banca digital o en la amplia red de cajeros automáticos, «actualizados, más rápidos y con más funcionalidades».
La medida, sin embargo, no ha sentado demasiado bien entre la clientela de uno y otro banco, aunque no son los únicos que han tomado esta decisión.

El pasado lunes, al mediodía, con el termómetro casi a cero, una decena de personas hacía cola en la barriada Juan XXIII frente a los dos cajeros de Ibercaja en la sucursal que hace esquina con la calle Vitoria. Una de ellas, Carmen, consideraba «una barbaridad» la medida, sobre todo para la gente mayor, y cree que genera «inseguridad» porque «a veces no sabes si la operación está bien hecha». Gonzalo, por su parte, reconocía que son muchas las veces que tienen que salir los empleados a enseñar al cliente a usar el cajero.

Al otro lado de la ciudad, en la oficina de CaixaBank en San Pedro de la Fuente, María Dolores indicaba que «no es nada fácil» realizar algunas gestiones en el cajero, mientras que Jorge admitía que «a los que estamos acostumbrados a las nuevas tecnologías no nos cuesta tanto». Será cuestión de acostumbrarse, pero no a todos costará lo mismo...