La ludopatía juvenil, en el punto de mira de los detectives

R.P.B.
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Padres que no entienden cómo a sus hijos no les llega la asignación mensual recurren a investigadores privados para descubrir tan dura realidad

La ludopatía juvenil, en el punto de mira de los detectives - Foto: Valdivielso

No es que haya dejado de haber infidelidades, ni picaresca con las bajas laborales, ni quienes se la quieren colocar al seguro. Pero la realidad con la que se han empezado a topar los detectives privados ha ido mutando, evolucionando a la par que lo hace la sociedad. Y de resultas de esto, sucede que una tipología muy concreta de los casos que investigan ha crecido a machamartillo: padres desesperados recurren a los servicios de los detectives para saber en qué diantres se gasta su parentela la asignación económica mensual. Y en todos los casos, en todos los que le han sido encargados indagar a Ricardo Colmenero, el más veterano de los sabuesos de Burgos, el resultado ha sido el mismo: las casas de apuestas, que de unos pocos años a esta parte han eclosionado con fuerza, conquistando casi todos los barrios de la ciudad. "Nadie se puede imaginar la cantidad de padres que han recurrido a mis servicios porque a sus hijos no les llega el dinero que les dan o éste se les acaba demasiado pronto".

Los encargos en este sentido suelen tener el mismo patrón, explica Colmenero, de la agencia de detectives Rimay. "Suele tratarse de chavales que están estudiando en la universidad pero cuyas familias viven fuera, en pueblos de la provincia o en otras provincias. Los padres están desesperados porque no entienden que no les alcance con el dinero que les dan. Y la respuesta es clara: las salas de juego, que han aumentado muchísimo". Las adicciones de la juventud siempre han estado en los encargos de los investigadores privados, pero antes era principalmente por las drogas o por el alcohol. El juego es el que acaba de entrar en juego. Y los casos crecen, admite Colmenero. Sin embargo, no han aumentado los casos por consumo de estupefacientes, que se mantienen en los ratios habituales, subraya el detective burgalés.

Esa nueva realidad, que ha irrumpido con fuerza en el sector, no ha supuesto la desaparición de casos habituales en los detectives, como los que tienen que ver con el ámbito familiar: pensiones compensatorias, custodia compartidas. "Cada vez nos demandan más sobre estos casos, especialmente cuando hay niños de por medio", explica Colmenero. Por las custodias compartidas. 

Tras la reforma laboral que hizo el gobierno del PP, el asunto de la picaresca en las bajas ha descendido notablemente. La causa, muy sencilla en palabras del investigador: a no ser que se trate de personas que llevan muchos años trabajando, "apenas cuesta nada despedir a la gente. Les cuesta más barato que contratar detective, abogado, procurador...". En este sentido, es el tipo de casos que más ha descendido. "Respecto a cuando yo empecé, muchísimo. Era casi el 90 por ciento de los asuntos que me encargaban. Entonces eran despidos muy cuantiosos". Pero no le falta trabajo, siendo el sector de los seguros la base esencial de su trabajo y de sus ingresos, en torno a la mitad, calcula el detective, que también se ocupa de casos de infidelidad y de las relaciones que se establecen vía internet.

Sí que reclama Ricardo Colmenero, que es el más veterano de los investigadores radicados en Burgos, que su sector sigue "pendiente de un reglamento", algo que considera esencial y urgente, toda vez que "cada vez somos más porque cada vez hay más oferta universitaria para obtener el título y hay más detectives, muchos más que cuando yo empecé hace 21 años", concluye.