Los forestales exigen una brigada de investigación de fuegos

R.P.B.
-

El colectivo que engloba a los forestales lleva reclamando muchos años que se dedique personal y recursos a indagar en profundidad en el origen de los incendios, algo que, aseguran, no se hace

Dos agentes, analizando el posible origen de un incendio en Ávila. - Foto: Pablo Requejo

Cansados de jugarse año tras año el pellejo, a menudo en condiciones muy difíciles, a los agentes forestales, esa vanguardia imprescindible contra la gran amenaza del verano -que son los incendios-, les solivianta que muchos de estos fuegos, que ocasionan tantas pérdidas y no pocas tragedias naturales (y a veces incluso humanas), queden a menudo sin culpables. Una de las principales demandas del colectivo que englobla a los agentes medioambientales de Castilla y León (Apamcyl) es clara: que se cree, de una vez por todas, una brigada de investigación de incendios. "Llevamos más de quince años reclamando brigadas de investigación de incendios forestales. Aunque la Junta diga que sí que se investigan, no se es una investigación verdadera: se hace una simple ficha, con información muy somera, en la que casi por descarte se apunta la causa del incendio", explica Esaú Escolar, presidente de Apamcyl.

Los agentes forestales subrayan que, lejos de ser una investigación, ese modus operandi es una simple ficha estadística. "Pero eso no es investigar. Nosotros reclamamos una brigada de investigación conformada por agentes medioambientales, que muchos de ellos tienen la formación para ello, para investigar incendios forestales de verdad y realizar informes periciales con los que se puede ir a un juzgado y reclamar, por ejemplo, los gastos de extinción del incendio de turno a la persona o entidad causante del mismo. La diferencia entre una forma de operar y otra es notable".

Según Escolar, muchas negligencias de empresas o particulares serían demostrables con una brigada de investigación. "Los gastos de extinción están estimados en torno a entre 6.000 y 7.000 euros por hectárea quemada. Es un dato calculado. Eso cuesta apagar un incendio en este país. Si la empresa que sea ha sido negligente y aunque sea por accidente es culpable del incendio, se le puede reclamar a ella -o a su seguro- la responsabilidad civil. Y correr con el costo de ese incendio, que no tienen por qué pagarlo los ciudadanos de Castilla y León. Pues bien: eso hasta ahora no se hace. Porque para que eso pase tiene que ser la Junta la que organice un sistema por el cual se puedan hacer informes periciales. Y eso pasa por crear una brigada de investigación de incendios", subraya Escolar.

Desde Apamcyl también piden que a lo largo la campaña estival se cubran completos los turnos públicos del operativo, del contigente contra el fuego, que hacer referencia los camiones de extinción; estos están operados por dos personas, un conductor y un maguerista. Sucede, respecto de esos turnos, que la Junta decide que se vaya incorporando el personal a medida que se va incrementado el peligro de incendio. "Nosotros creemos que eso no puede ser así. Deberían estar cubiertos todos los turnos durante todo el tiempo. Puede pasar que un camión esté operativo de lunes a viernes pero no el fin de semana, porque ese turno entra a partir del 1 de julio. Con lo cual el camión sólo está operativo cinco días a la semana".

¿Qué sucede si se declara un incendio un fin de semana en el que no hay turno porque no se ha contratado gente? Que llaman a los forestales que están en sus días libres para que acudan a la llamada. "Y la gente va porque es responsable, pero entendermos que no son las formas de hacer las cosas".

¿Una campaña tranquila? Castilla y León afronta el inicio del verano con "buenas expectativas" en lo que respecta a la campaña de incendios. Como ya ha publicado este periódico, en los cinco primeros meses del año la región ha visto descender considerablemente el número de incendios registrados, con 229, y la superficie abrasada, 1.049 hectáreas. Esto es, cuatro veces menos siniestros y cinco veces menos hectáreas quemadas. Con todo, desde la Junta son cautos. Mucho más lo son los agentes forestales. Admiten que la gran cantidad de lluvia caída en los dos últimos meses ha propiciado una gran humedad; sin embargo, también saben que en las semanas venideras las altas temperaturas podrían secar mucho campos y montes, de ahí su prudencia.