La oposición vecinal y los impedimentos administrativos libraron a Villavedón, una pedanía de Villadiego, de la apertura de una macrogranja. Pero no a Burgos ni a la comarca Odra-Pisuerga. Hace dos semanas, con la publicación de un anuncio en un Boletín Oficial de Castilla y León, los habitantes de Cuevas de Amaya y Sotovellanos se enteraron de que, si nadie lo remedia, pronto tendrán 6.760 nuevos -y se temen que olorosos- vecinos.

Esa es la capacidad máxima de la explotación porcina de cebo que la empresa zamorana Decamed Trading proyecta instalar a mitad de camino entre ambas localidades, pedanías de Sotresgudo, según la documentación con la que ha solicitado la evaluación de impacto ambiental y que se encuentra en fase de alegaciones.

El proyecto, alertan los vecinos que se sienten perjudicados, no es una instalación aislada sino que forma parte de un complejo integrado por 14 explotaciones, todas en territorio palentino menos esta, que trabajarían en un radio de 30 kilómetros. Dos de ellas son las denominadas granjas madre, ubicadas en Montoto y Espinosa de Villagonzalo, otras dos para los animales en transición y la decena restante de cebo. A estas llegarían los lechones con un peso de entre 20 y 23 kilos y no saldrían hasta alcanzar unos 110 kilos, camino directamente del matadero.

Odra se levanta contra una macrogranja para 6.760 cerdos

Según el proyecto básico, en Cuevas se construirán 5 naves para el alojamiento de los cerdos, una nave cargadero, un edificio de oficinas-vestuario, un cuarto de instalaciones y 2 balsas de almacenamiento de purines, de 5.750 metros cúbicos de capacidad cada una, para no pasar de 2.000 m2 de superficie de ocupación, especifica el proyecto. La capacidad de almacenamiento total será de 11.500 m3, aunque con el margen de seguridad del 10% el  almacenamiento real será de 10.350 m3, suficiente según sus cálculos para cumplir las especificaciones legales.

El estudio básico de la instalación burgalesa «es un corta y pega del resto, no se valoran las características singulares de cada emplazamiento», denuncia Guillermo Grijalbo, vecino de Sotovellanos, para recordar que estará junto al Geoparque de las Loras y a una zona LIC de protección para las aves. Además, todo el complejo industrial planteado en su conjunto creen que pueden afectar negativamente al Canal de Castilla, a donde irán a parar los purines filtrados a través de los acuíferos.

La alcaldesa de Sotresgudo, Yolanda Santamaría, explica que el ayuntamiento no había iniciado ningún trámite, porque no tenía secretario, y se ha encontrado con que la Junta ya lo tiene avanzado. Si bien respetan a los vecinos que están a favor del proyecto, presentarán alegaciones porque considera «una aberración total» plantear 14 macrogranjas en 30 kilómetros.
También quienes se sienten perjudicados han empezado a presentar ya alegaciones individuales, aún hay plazo durante agosto, ante el Servicio Territorial de Medio Ambiente de Burgos, además de las que va a elaborar la Plataforma Pisoraca y Comarcas Vivas, que lleva meses de movilizaciones y recogida de firmas en contra de esta macrored de explotaciones porcinas. En Burgos acaban prácticamente de empezar, aunque las actividades de protesta seguirán en los próximos días tras una primera concentración en Cuevas de Amaya el domingo pasado y la presencia con pancartas en Sotresgudo, el cruce de Villahizán y la meta de la etapa de la Vuelta a Burgos que acabó en Villadiego. El movimiento de oposición vecinal acaba de comenzar si bien la idea es crear una plataforma burgalesa que pueda servir a otras poblaciones que en el futuro se enfrenten a esta misma situación.

En la Diputación de Palencia. Todos los partidos -PP, PSOE, Ciudadanos y Grupo Mixto- de la Diputación de Palencia aprobaron la semana pasada una proposición en la que solicitan a la Junta la evaluación de impacto ambiental acumulativo para todos los proyectos de granjas de Decamed Trading.
«Su impacto no solo es en esas comarcas, sino en las aledañas y en todas las ribereñas aguas abajo, y la experiencia acumulada de este tipo de explotaciones de ganadería súper-intensiva y sus posibles repercusiones en las zonas donde se instalan, hacen que se deba analizar su impacto de manera conjunta», reza el texto.