Las nuevas obligaciones molestan a los bomberos de Oña

S.F.L. / Oña
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Los voluntarios discrepan del nuevo documento aprobado por el Consistorio, en el que se recoge el funcionamiento del parque y las gratificaciones que recibirán

Imagen de archivo los bomberos voluntarios de Oña, en el incendio de una furgoneta. - Foto: DB

«Se trata de un reglamento no negociado, lo han impuesto desde el Ayuntamiento a su gusto. No entendemos el motivo por el que se ha tocado algo que funcionaba de por sí bien para hacer que se vaya todo al traste y genere conflicto entre los compañeros», declara uno de los bomberos voluntarios del parque de Oña acerca del nuevo documento que el equipo de gobierno local, con el apoyo de la oposición, ha aprobado. Finalizado el periodo de información pública y sin alegaciones que tratar, la primera ordenanza redactada, la cual contiene las normas que regularán la actuación de la agrupación municipal de bomberos, se ha aprobado definitivamente, a pesar del malestar que el texto ha generado entre los profesionales. «Son todo obligaciones y no hay ningún derecho», añade.

José Gómez, responsable del parque oniense, es consciente de que era necesaria la existencia de un documento interno para el buen funcionamiento del servicio. Sin embargo, recuerda que según el convenio tienen la obligación de actuar en 93 núcleos de población entre la Bureba y las Merindades, que en la villa condal no se sobrepasan los 700 vecinos y que «hay demasiados puntos que cumplir, excesiva letra y responsabilidad para las gratificaciones que recibimos». Con más de dos décadas a sus espaldas como bombero, Gómez cree que el reglamento cubre demasiado las espaldas al Ayuntamiento pero que deja caer demasiada responsabilidad en los once voluntarios. 

A su parecer, el nuevo documento «no corresponde con el más apropiado» para una localidad tan pequeña con tan pocos efectivos. «Más bien parece sacado de la normativa de un municipio con una población mucho mayor», afirma. En su momento, el oniense presentó una propuesta que proponía cubrir el servicio las 24 horas los 365 días del año y mantener los vehículos y el material en perfectas condiciones, pero no contenía tantas obligaciones para él y sus compañeros.

A su vez, uno de los bomberos cuestionados por este medio sobre el conflicto originado a raíz de la redacción de la ordenanza, se quejan de que «no se puede exigir a que todos los voluntarios realicen servicios a partes iguales y cuando intentan localizar a ciertas personas no acudan o directamente no descuelguen el teléfono. Entendemos que somos voluntarios y cada uno tenemos nuestros deberes, pero hay gente que se enfada porque perciben menos gratificación económica que otros», afirman. Pero también les hay que apoyan el reglamento municipal y que están de acuerdo con las medidas adoptadas.

El regidor del municipio aclara que el reglamento se ha ideado con la finalidad de que quede regulado el funcionamiento de la agrupación y su participación dentro del Servicio Provincial de Prevención y Extinción de Incendios dentro del Parque Provincial coordinado por la Diputación y que durante el periodo de alegaciones «nadie ha presentado nada en contra».

En 1999 gobernaba en la villa condal Berta Tricio. Su grupo junto al personal que se encontraba afecto al servicio de bomberos por aquel entonces, desarrolló una especie de acuerdo que «incluía algunas condiciones muy genéricas», explica Pérez. El actual, mucho más ampliado, explica desde los requisitos de admisión en la sección activa, los pasos ha seguir para ser seleccionado, las funciones de cada miembro o las compensaciones económicas que recibirán los voluntarios. 
Actuaciones. El cuerpo de bomberos voluntarios de Oña lo forman a día de hoy 11 varones. El mayor número de salidas del último año corresponde con la retirada de nidos de avispa común y asiática. Los fuegos ocasionados en zonas de monte bajo o en viviendas también implican que los profesionales permanezcan atentos a sus teléfonos durante las 24 horas del día. Esperan recibir en las próximas semanas vestuario nuevo.