Villalázara niega suelo al cámping para crecer y piscinas

A.C.
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El alcalde pedáneo dice que genera tráfico y molestias, y al de Montija le parece "buena idea"

Villalázara niega suelo al cámping para crecer y piscinas

Cuando Haizea Álvarez compró en 2017 el cámping de La Isla, sus únicos clientes fijos eran los propietarios de cuatro módulos y dos caravanas. Tres años después, esta joven emprendedora ha moderni- zado y levantado el negocio, en el que ya cuenta con 50 módulos estables durante todo el año y 15 parcelas libres para campistas. Pero el cámping se le ha quedado pequeño y quiere crecer para obtener una mayor rentabilidad y construir un aparcamiento, así como unas piscinas, que estaría dispuesta a abrir tanto para sus clientes como para los vecinos de Montija y alrededores. Ha solicitado a la junta administrativa de Villalázara que le alquile 2 hectáreas de terreno contiguo, donde se podrían instalar "de 30 a 40 módulos más", pero sus responsables se lo denegaron en su último concejo. Ella sigue insistiendo y tratará de seguir negociando.

Haizea Álvarez considera que su camping "es muy beneficioso para negocios de hostelería cercanos". Defiende que su propuesta es la de un "turismo sostenible, que respeta el entorno y no perjudica a la naturaleza ni produce un daño medioambiental". "El cámping ha crecido exponencialmente y necesito más espacio", señala esta emprendedora, a la que respaldó Iberaval con un préstamo de 350.000 euros con el que adquirió Las Isla. No entiende la negativa de la junta vecinal a un proyecto que generará, al menos, dos puestos de trabajo.

Frente a su proyecto, el alcalde pedáneo de Villalázara, Luis María Álvarez, sostiene que "el cámping ya genera mucho tráfico en el pueblo y beneficio ninguno, porque no hay comercios ni bares". El movimiento excesivo de coches preocupa al regidor, quien considera que "quiere hacer una megaurbanización, cuando en el pueblo ya tenemos 46 chalés". "¿Qué queremos, progreso, comodidad, tranquilidad?", se pregunta el alcalde, que recela del proyecto y duda de la viabilidad de las piscinas.

El suelo en liza forma parte de un pastizal de 45 hectáreas que disfruta en régimen de alquiler un ganadero local, a priori, dispuesto a deshacerse de ellas "si el pueblo lo apoya", según explica la empresaria. Mientras, el alcalde de la Merindad de Montija, Florencio Martínez, señala que, "si puedo echar un cable lo echaré, porque la idea me parece muy buena", pero admite la dificultad si la junta vecinal no está dispuesta a cederle el terreno. Martínez destaca que el aparcamiento acabaría con los coches estacionados a lo largo de la calle aledaña al párking y las piscinas serían bienvenidas, puesto que el municipio carece de ellas, aunque le parece que "cuestan mucho dinero". En ese sentido, Haizea Álvarez avanza que su idea es ir poco a poco urbanizando las dos hectáreas y comenzar por construir un vaso grande de piscina y un segundo más adelante, si lograse materializar su proyecto, para el que ya ha negociado financiación privada.