Asturianos, andaluces y Carlos V

César Ceinos
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Medina de Pomar recuerda el paso del emperador con música, magia, visitas guiadas y un mercadillo renacentista por el centro de la ciudad

La banda Edena Ruh animó todo el mercado. - Foto: Valdivielso

Carlos I de España y V de Alemania, por cosas del coronavirus, no desfilará como antaño por las calles de Medina de Pomar. Por suerte, por el bello centro histórico medinés aparecieron ayer otros visitantes procedentes de diversos lugares de España. Quizá no sean tan ilustres como el hijo de Juana I de Castilla (es difícil superar en importancia a un hombre que mandó en media Europa y buena parte de América), pero hicieron lo mismo que él: pasar por la localidad. En este caso se llevaron un buen sabor de boca de la Ruta de Carlos V. El Último viaje del emperador, la feria renacentista que recuerda la parada que realizó en este lugar en 1556 camino de su retiro en el monasterio de Yuste.

«Es una fiesta interesante en un entorno muy interesante», aseguró Pepa, la improvisada portavoz de un grupo de granadinos compuesto por José Antonio, Antonio y Amelia y ella. El cuarteto de andaluces, que permanecerá durante ocho días por la comarca de Las Merindades, aprovechó la ocasión para darse una vuelta por el Gran Mercado Renacentista y llevarse algunas viandas, al igual que hicieron los amigos moteros de Gijón y Langreo.

Casualidades de la vida, estos aparecieron por el norte de la provincia y se encontraron con la calle Mayor de Medina decorada con banderas. Sus comentarios fueron muy similares a los que pronunciaron los de Granada. «No conocíamos la feria y nos ha gustado mucho el ambiente», manifestaron al unísono mientras reponían fuerzas con unas cortezas compradas en uno de los puestos instalados hasta hoy en la plazuela del Corral, calle de Antonia Torres y plazas del Alcázar y Plaza Mayor.

La música de la banda Edena Ruh hizo más fácil que la ciudad volviera al siglo XVI. El sonido de las gaitas animó tanto a visitantes como a vecinos. Los más pequeños se movían a su ritmo, mientras que los más cómodos no perdían nada de vista desde las terrazas de los bares. El público respondió con aplausos al trabajo de los artistas. Hubo unanimidad. Los asturianos dieron fe de ello.

En el mercado, la treintena de comerciantes lleva poniendo su mejor cara desde el viernes por la tarde. Una de las palabras que más oyó entre los puestos es «ilusión». «Ilusión por seguir trabajando e ilusión porque los resultados sean buenos», declararon algunos. Los vendedores veteranos manifestaron que Medina es buena plaza y su deseo es que siga siéndolo. Las palentinas Las Hijas de Lola, que llevan mostrando su bisutería en este evento desde hace años, así lo corroboran. «Si venimos año tras año es por algo», agregaron. Eso sí, lamentaron la falta de grandes pasacalles por culpa del coronavirus. Según explicaron, estas citas atraen a mucha gente. Desde la organización de la Ruta de Carlos V, que recae en el Ayuntamiento de la localidad, informaron que no tuvieron tiempo adecuado para darles forma desde el levantamiento de las restricciones para actividades de este estilo. Su intención es volver a incluirlos en el programa de 2022, aseveró la concejala Nerea Angulo.

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