El Impuesto de Actividades Económicas (IAE) es un termómetro que sirve para comprobar el estado de las grandes empresas, puesto que este recibo se gira a las actividades económicas que superan el millón de euros en su facturación. En los mejores años a través de esta vía se lograron ingresar en las arcas municipales más de un millón y medio de euros y estos dígitos aún no se han recuperado, aunque en 2019 la cifra fue ligeramente superior al millón. En concreto, la recaudación ascendió a 1.084.560 euros, cantidad con la que se muestra satisfecha la concejala de Hacienda, Matilde Fernández, a pesar de que en las previsiones de las cuentas públicas se marcaba que con este tributo municipal se obtendrían 1,25 millones de euros.

La responsable municipal resalta que esta es la idea con la que se trabajaba a la hora de establecer los ingresos en el Presupuesto. "Al final esto se calcula con el Impuesto de Sociedades y tampoco sabes si las empresas van a tener un resultado u otro", resalta. Junto a este argumento para explicar una cierta incertidumbre, Fernández también apunta otro factor que hace que la recaudación no alcance guarismos más altos, como son las bonificaciones fiscales que la administración local establece en sus ordenanzas para intentar hacer la oferta de la ciudad más atractiva y conseguir que se instalen actividades económicas.

De este modo, las compañías que se implantan tienen un periodo de cinco años iniciales en los que solo tienen que pagar el 50% de lo que les correspondería abonar por el IAE, lo que hace que los ingresos se resientan. "Cuando se acaben este tipo de medidas podremos recaudar más", asume la concejala de Hacienda, que remarca que en este ejercicio recién concluido se han girado 423 recibos, lo que supone una ligera rebaja respecto a 2018, aunque se mantiene en cifras similares puesto que solo fueron dos más. El número de recibos, como remarca Fernández, no equivale al número de compañías que superan el millón de euros de facturación y que por lo tanto que se ven sujetas al pago de este impuesto, ya que como añade la responsable, una misma empresa puede pagar por distintos epígrafes "porque por ejemplo si una compañía fabrica, pero además reparte y envasa tiene que pagar por tres epígrafes, aunque solo sea una", se aclara.

El ligero descenso en el número de recibos emitidos por el Ayuntamiento choca con el incremento que se ha registrado en lo que se refiere a los ingresos, puesto que si en el pasado ejercicio se han conseguido 1.084.000 euros, en 2018 la cifra se quedó en 1.054.000. En ambos casos ha existido un desfase, primero de 75.000 y de 165.440 euros en 2019.

En cualquier caso, la diferencia de un ejercicio al otro es de cerca de 30.000 euros, lo que supone la mayor subida en la recaudación del IAE en los último seis años, ya que en los cinco anteriores la tendencia también se había mantenido ligeramente alcista, aunque en ese lustro el incremento total se quedó en los 37.000 euros.

Por este motivo a pesar de la diferencia que pueda existir entre las previsiones y la recaudación real, en el Ayuntamiento apuntan que la tendencia es positiva, lo que justifica que las cifras que se avanzan para 2020 sean mayores, ya que los responsables municipales en el Presupuesto de este año han reflejado en las cuentas la intención de conseguir por el IAE, 1.325.000 euros. Una cantidad que está a casi 250.000 euros de lo que se ha logrado ingresar en 2019.

Otro de los aspecto que hay que tener en cuenta con este impuesto es que parte de lo recaudado se tiene que aportar a la Diputación de Burgos. En este caso la administración provincial percibirá del Ayuntamiento de Miranda algo más de 145.000 euros, lo que supone como explica la concejala de Hacienda, "aproximadamente un 14% de cada recibo", por lo que las arcas municipales se quedarán con algo más de 900.000 euros.