Caja de Burgos capitaliza pymes en crisis con 200.000 euros

G. ARCE
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La Fundación ha optado por reconvertir su plan Crecer para ayudar y asesorar a empresas locales a reestructurarse y ajustarse para superar la situación generada por la pandemia de la covid-19

El anexo de la Casa del Cordón continúa con las obras para acoger la sede de la Fundación a final de año. - Foto: Alberto Rodrigo

De generar el mayor empleo posible entre las pymes burgalesas, a conseguir salvar el mayor número posible de puestos de trabajos y evitar los cierres y la destrucción de tejido productivo local. Ese es el giro estratégico dado por el patronato de la Fundación Caja de Burgos a su programa Crecer en respuesta a la debacle económica generada por el coronavirus. La ampliación de objetivos no solo ofrece el desarrollo de un plan de viabilidad a las empresas en crisis seleccionadas, sino la posibilidad de capitalizarlas con hasta 200.000 euros cada una para acompañarlas en la recuperación.

La idea es previa a la pandemia y se comenzó a gestar a finales del pasado año ante la situación que empezaban a atravesar algunas pymes locales con plantillas de entre 30 y 100 empleados. Su aprobación no fue sencilla pues es la primera vez que una fundación asume el papel de rescatador de empresas, hasta ahora reservado a la Administración Pública y a su alta disponibilidad de ayudas y fondos para estas situaciones.

"Les planteamos un plan de viabilidad para superar el problema detectado, plan que puede conllevar hasta la reducciones de plantilla y capacidad productiva y, si lo vemos oportuno, aportamos capital para recapitalizar a estas empresas de una forma temporal", explica el director general de Caja de Burgos, Rafael Barbero, quien reconoce que esta actividad es algo nuevo para la institución benéfica y "no es nada fácil, pero entendemos que ahora es necesaria".

Ya hay una primera empresa implicada en este programa de ayuda y la Fundación ha recibido peticiones de más pese a que aún no había hecho público su proyecto.

El nuevo Crecer (que previsiblemente cambiará de nombre en breve) ofrece la financiación de hasta el 70% de la elaboración del plan de viabilidad por parte de un plantel de expertos, con un máximo de 25.000 euros por proyecto. Asimismo, asume los primeros 6.000 euros del coste de consultoría para la implantación del plan. "La empresa es quien hará y desarrollará el plan, nosotros le facilitaremos el mejor experto en reestructuraciones para llevarlo a cabo", puntualiza Barbero.

Si hay necesidad de capital, la Fundación dispone de unas líneas de hasta 200.000 euros por empresa que se sustanciaría a través de préstamos participativos. "Correremos los mismos riesgos que un socio pero no seremos accionistas de las empresas con problemas".

La capacidad de este programa viene marcada en los presupuestos de la institución, que el pasado ejercicio superaron los 14 millones de euros. En principio, se ha barajado el apoyo a cuatro compañías por año, destinando un total de 117.000 euros para impulsar la primera fase del rescate, la de consultoría. "La cuantía de cada operación dependerá de las necesidades de cada empresa, lo que nos puede permitir aumentar las cuatro previstas inicialmente", matiza Javier Cuasante, responsable del área de Dinamismo Empresarial.

Es más, si se detecta que las necesidades de apoyo son mayores, plantearán al patronato la posibilidad de incrementar la capacidad presupuestaria para el Crecer.

Participaciones. La decisión de entrar al rescate de empresas no ha sido fácil por el riesgo reputacional que puede conllevar para la Fundación, centrada hasta ahora en el apoyo a los nuevos emprendedores y las pymes con alto potencial de crecimiento. No son situaciones fáciles porque algunas no tendrán solución posible y otras requerirán de reestructuraciones internas e incluso de reducciones de plantilla.

A día de hoy, la Fundación solo tiene participación accionarial en Cetabsa, el Centro de Transportes Aduana de Burgos, un proyecto que consideran de ciudad y que es herencia de la etapa de la antigua caja de ahorros.

A través de la línea Asocia Inversión cuenta con dos inversiones de carácter temporal en empresas ya consolidadas, concretamente el fabricante de máquinas de altas presiones Hiperbaric y el Grupo Julián (GJ Automotive) para el desarrollo, en este caso, de sus nuevas líneas de negocio digitales y de movilidad urbana.

En cuanto a los préstamos participativos, se han centrado principalmente en el ámbito de los emprendedores (3 concedidos este año). Esta línea de apoyo a las nuevas empresas está trabajando con 62 proyectos hasta la fecha, 20 de los cuales están en preevaluación, 18 ya están trabajando bajo la supervisión de un tutor (con reuniones virtuales y presenciales), 11 han renunciado y 9 se han desestimado.

Pese a las dificultades generadas por la alarma nacional, este año se han presentado cinco proyectos: Morcilla Secret, Metrix, un hotel rural en Covarrubias, QuickAppFactory y BeMetrix. "A pesar de la situación que hemos vivido no hemos parado el programa y mantiene su actividad", señala Cuasante.