«Los parques están horrorosos». «Hay pocos y los que hay son una porquería». «Parece un secarral». «Hay muchas cagadas de perros». «Quizá sí necesitan un arreglo, sobre todo más riego». Estas son algunas de las quejas que manifiestan los vecinos de Aranda cuando se les pregunta, in situ, por el estado de los parques y jardines de la villa. La inmensa mayoría de los consultados demandan al Ayuntamiento un mayor mantenimiento de las zonas verdes, pidiendo arreglos, más limpieza, iluminación, servicios, vigilancia, trabajadores y riego.

En pleno verano, los parques son unas de las zonas más concurridas por los arandinos. Basta con darse un paseo cuando el sol empieza a caer para encontrarse grupos haciendo barbacoas, escuchando música, celebrando cumpleaños, padres que van con sus hijos a los columpios o parejas que salen a pasear a sus mascotas. Y casi la totalidad hacen común una crítica: «El mal estado de los jardines». En medio del parque General Gutiérrez, una pareja de jubilados alerta de la sequedad de la zona, recordando que «hace años sí tenía hierba pero ahora no tiene ningún mantenimiento, ni riego ni nada». Aprovechan la consulta para quejarse por la situación de otras áreas, en concreto del parque de la Huerta: «Es una vergüenza, más que un parque parece un cagadero».

El testigo de los testimonios recogidos en el General Gutiérrez lo recoge otra vecina en el propio parque de la Huerta. Mientras vigila a sus hijos, que juegan en la zona infantil, advierte que «hay muchas cagadas de perros junto a los columpios». Además alerta de que «hay uno roto y varios hierros han quedado al descubierto con el peligro que supone». «Luego, cerca de las barbacoas, van los chavales a hacer botellón y ahí quedan los cristales», añade. 

Otro padre, este en El Barrilles, y también sin perder de vista a su hijo, refuerza las quejas: «A los parques les falta arena, mantenimiento... Además que los bares estén cerrados, tanto el de La Huerta como este (del Barriles), les resta mucho ambiente porque podría estar la gente tranquilamente tomando algo. Es un tema que en concreto me molesta mucho. Es muy evidente la falta de cuidado». En este arenal, el del Barriles, se encuentra una raíz que ya asoma sobre la arena y parece una perfecta zancadilla para niños.

Cuando se saca el tema del estado de los parques, los vecinos, de forma anónima eso sí, no dudan en mostrar su malestar, aunque los hay más comprensivos con el Ayuntamiento. «Quizá sí necesitan un refuerzo, un arreglo. Sobre todo más riego, pero también entendemos que hay poco agua y hay que administrarlo bien», declara un matrimonio joven mientras pasea por el General Gutiérrez. Encontrar declaraciones positivas cuesta pero también las hay. «Estamos contentos, hay bastante gente en los parques y toda está feliz», celebra un grupo de jóvenes que prefiere que el bar del Barriles esté cerrado porque así pueden traer su propia bebida y comida y sentarse en las mesas del parque, algo que con el negocio abierto, apuntan, no podían hacer. 

Respuesta institucional.

La sequedad, las papeleras y vallas rotas o las malas hierbas son elementos repetitivos en cualquier parque de Aranda, también en las riberas de los ríos, que dan argumentos a las quejas vecinales. Ante el malestar ciudadano, el concejal de Medio Ambiente, Carlos Fernández, responsabiliza a la empresa adjudicataria del servicio de parques y jardines. El edil popular declara que la concesionaria «no está realizando bien su trabajo» y se compromete a desempeñar un mayor control sobre el cumplimiento del contrato municipal, aunque pide tiempo porque «en un mes y medio (tiempo que lleva en el cargo) no se puede solucionar todo». Fernández refuerza sus promesas con las zonas verdes recordando que esta semana «se han publicado en el Bocyl las bases para contratar un técnico de Medio Ambiente». Puesto que, apostilla, estaba sin cubrir en el Ayuntamiento.

El partido de la oposición más reivindicativo con la situación de los parques y jardines en Aranda es Izquierda Unida. Su concejal, Jonathan Gete, destaca que ellos ya pidieron un control de la adjudicataria porque «no está cumpliendo el pliego de condiciones». Explica que la concesionaria debería presentar un plan de mantenimiento de las bombas de riego que no ha hecho y que actualmente faltan por cubrir cuatro de las 28 plazas de jardinero exigidas. Además advierte que la mayoría de árboles de la ciudad están enfermos y el General Gutiérrez se está secando «a pasos agigantados» porque «el ramal ferroviario cambió el nivel freático».