A pesar de que el cielo de las primeras horas de la mañana amenazaba lluvia, los rayos de sol lograron atravesar las nubes que cubrían gran parte de La Bureba para hacer -si cabe- más particular uno de los días más especiales para los pozanos. Las suaves temperaturas registradas a lo largo del fin de semana provocaron que la Plaza Nueva de Poza de la Sal aglutinara a varios centenares de personas para disfrutar, una vez más, de la Danza del Escarrete.

Como desde hace siglos, la fiesta comenzó con el canto de la Salve en la iglesia de San Cosme y San Damián, en la que se adoró a la reliquia, antes de acudir en comitiva hasta la plaza. Los animales de corral fueron transportados en jaulas con andas por los miembros de la Cofradía de San Blas. Allí, la Banda Municipal de Música tocó las piezas en las que, en primer lugar, los hombres bailaron alrededor de las gallinas y conejos empuñando una espada, y a continuación, llegó el turno de las mujeres. Finalmente, las cinco parejas danzaron juntos la jota pozana.

Los vecinos de la villa salinera, emocionados al ver como sus hijos, nietos, sobrinos o primos llevaban a cabo con tanto orgullo la tradición, aplaudieron y vitorearon sus nombres con gran energía, al igual que el alto porcentaje de turistas que se acercaron hasta la localidad para admirar el festejo, declarado Fiesta de Interés Turístico Regional en 1998. Muchos de de ellos repetían, sin embargo, otros lo vieron por primera vez ayer. 

La gente acudió hasta el municipio en coches, pero también había estacionado en uno de los aparcamientos algún que otro mini bus y autobús. Cuando el festejó se dio por finalizado, los allí presentes continuaron con la música, el baile y las risas.

Adela Núñez, la mayordoma de este año, se encontró en "su salsa" y agradece a la cuadrilla de mozos que ha tenido los buenos momentos que la han hecho pasar durante estos días. Igualmente, declara a este periódico que ha tenido la gran suerte de haber vivido grandes experiencias durante las últimas semanas gracias a representar a su cofradía en un evento tan importante para los pozanos. Anima a los jóvenes y a las cuadrillas que nunca han participado en El Escarrete para que colaboren en los próximos años ya que "es algo único y queda para siempre en el recuerdo de uno". 

Para garantizar que el festejo no vuelva a caer en el olvido, las nuevas generaciones ya conocen y participan en la danza. De esta manera, se contribuye de forma definitiva a la conservación de la tradición, de la que los vecinos sienten un gran arraigo. Los bailarines, tras dejar atrás los momentos de nervios al marcarse el baile delante de tanta gente, continuaron con la juerga. Afirman que ha sido un fin de semana "muy especial" y que formare parte de la fiesta ha resultado "divertidísimo". Desde el balcón de la torre del reloj, varios políticos de la comarca y de la provincia disfrutaron de uno de los eventos más destacados de Burgos.