«El mantra del estudia y vete fuera nos persigue»

B.A.
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Óscar Izcara Moreno fue alcalde de Covarrubias y desde 2016 es presidente de Agalsa, cargo en el que acaba de ser reelegido

Óscar Izcara Moreno, presidente de Agalsa. - Foto: F2 Estudio

En el 2016 este morador de la zona rural, como él mismo se define, se estrenaba como presidente de Agalsa, donde cinco años después acaba de ser reelegido en su cargo. Compagina su empeño por revitalizar la Sierra de la Demanda y ofrecer un mejor futuro a sus habitantes con su otra vocación, la enseñanza. 

Acaba de ser reelegido como presidente de Agalsa. ¿Contento con el respaldo de sus compañeros?

Si, contento por el apoyo de todos, incluso por los que han entrado nuevos a la junta directiva, y también contento porque se mantiene la estructura de la dinámica de trabajo de los años anteriores, lo que es beneficioso para Agalsa. 

¿Qué balance hace de estos 5 años como presidente de Agalsa?

Ha habido un cambio en la dinámica de funcionamiento. Agalsa no ha dejado de ser esa asociación que gestiona expedientes Leader, pero después de 25 años, con 16 millones de euros invertidos en el territorio, veíamos que la sangría demográfica seguía y hemos comenzado a liderar desde el grupo proyectos de más calado y comarcales. 

¿Y cuáles son algunas de estas iniciativas?

La Red de Espacios Demanda co-working es un proyecto en el que se venía trabajando desde hace casi  3 años y con el tema de la pandemia cobró mucho más sentido. Están en Atapuerca, Pradoluengo y en Pineda de la Sierra y la idea es dotar a más puntos del territorio de estos espacios. También tenemos el programa '+Empresas, + empleo', que ya funciona y a través del que ponemos en contacto a empresarios que buscan trabajadores y a demandantes de empleo en la zona con empresarios. Otra propuesta es Museo Vivos. A través de un identificador digital se facilita el acceso a museos de algunos pueblos que por diferentes circunstancias están cerrados. Tenemos así el Museo del Árbol Fósil de Hacinas y en breve empezará a funcionar con este método el Museo de Instrumentos Musicales de Santo Domingo de Silos. Otra iniciativa es el punto PRAE, que es el punto de apoyo a la mujer emprendedora. También queremos ser un centro de referencia de turismo sostenible y dotar a la zona de una red de coches eléctricos, en colaboración con los ayuntamientos, para que se recorra esta con un medio de transporte 100% ecológico. 

¿El Valle Digital también es un proyecto propio?

Nació de una charla antes de la pandemia de José María González. El gerente de Agalsa, Fernando Castaño, la escuchó y nos reunimos con él para que nos contara el proyecto. El confinamiento quizá dio el impulso definitivo a un proyecto tan diferenciador como este. Se generaron casi 1.000 horas de reuniones on line, queríamos llegar a los 500 voluntarios y estamos en más de 800. A través de ellos, mediante la inteligencia artificial, se han creado 21 propuestas de modelo de negocio. Las necesidades de la zona estaban muy claras, pero se han generado a través de los grupos de trabajo propuestas para revertir esta situación. Al final, El Valle Digital son 21 ideas de negocio. Los voluntarios se mantienen y los grupos de trabajo están a la espera de ver cómo se desarrolla esta segunda fase de trabajo. 

¿En qué va a consistir?

La estamos estudiando, ya que es más ambiciosa. Hemos estado reunidos con cuatro secretarías de Estado. Desde la de Reto Demográfico nos han puesto como un proyecto ejemplar, escalable a otras zonas. Su secretario es conocedor de este proyecto, y la directora general de Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León, también. Se han cuantificado los diferentes niveles de consecución de los objetivos y el principal es acceder a estos fondos. Hemos solicitado otra reunión con la secretaría de Estado de Reto Demográfico y explicarle esta segundo fase, y a la Junta ya se la hemos explicado y ahora está en proceso de estudio. 

¿Cuánto dinero necesitan para desarrollar esa segunda fase?

Podemos ir desde 200.000 euros a 1,5 millones de euros. Queremos que el nivel de consecución sea el máximo y aspirar a la mayor partida económica. Ahí no vamos a escatimar en esfuerzos y más cuando nos han puesto como un ejemplo, como un proyecto de referencia a nivel nacional. 

¿Ha habido otros ayuntamientos o instituciones que se hayan interesado por este proyecto?

Nos han invitado a diferentes cursos y encuentros para presentar y dar a conocer El Valle Digital y si se clona la idea y se adapta a las necesidades de otras zonas, encantados, en ese sentido somos altruistas. 

¿Cómo afronta estos dos próximos años como presidente de Agalsa?

Con muchas ganas, igual que el resto de los miembros. Esto también es altruista y solo el hecho de estar aquí es porque se tiene ganas de trabajar. Me gustaría terminar de desarrollar esos proyectos que he mencionado antes e iniciar otros que vayan surgiendo. Si no estuviera ilusionado, si no tuviera ese vínculo emocional con la vida rural, ni siquiera me hubiera presentado esa primera vez, y eso sigue intacto. Como morador de la zona rural veo que hay que seguir luchando para que nos sigan manteniendo nuestros derechos, ser menos no nos tiene que restar derechos. También me gustaría que Agalsa fuera más conocida en el territorio, llegar a la franja de edad de 25 a 40 años, personas que han acabado su formación académica y que no saben muy bien como empezar. El estudia y vete fuera es un mantra que nos persigue. Somos pocos los afortunados que podemos volver y queremos revertir esa situación, mostrar que Agalsa existe, que tiene un equipo de asesores que ayudan a emprender en la zona rural.  

¿Qué opina de la decisión del ayuntamiento de su pueblo, Covarrubias, de querer abandonar Agalsa?

Uno puede tener las afinidades que quiera, pero lo que sí que hay que tener claro es el conocimiento de que como funciona un grupo de acción local. Es muy atrevido decir que un ayuntamiento se quiere ir de un grupo de acción local y adherirse a otro, porque las demarcaciones no están al gusto de los ayuntamientos, las establece la Junta de Castilla y León, que ya ha dicho que sería inviable que hubiera cambios cada cuatro años para el desarrollo de los proyectos Leader. Es pegar un tiro al aire con el que se crea controversia, mismamente entre empresarios que puede haber en la localidad con expedientes en tramitación. 

¿Cómo sigue el ritmo de presentación de proyectos privados?

No dejan de llegar de todo tipo, nuestro equipo técnico, que hace un gran trabajo, no para. Ahora mismo se pueden presentar proyectos hasta el 2023.