La naturaleza es caprichosa y de vez en cuando talla sobre las rocas figuras que parecen reales. En este caso, un paquidermo emerge de entre los árboles junto a la Nacional-232, en Oña. Para darle más realismo a la escena, alguien le ha incorporado un colmillo al pétreo animal. Lo normal es que en estos parajes se cruce algún inoportuno jabalí que ponga en un apuro al conductor y no encontrarse con uno de los Big Five, como si estuvieras de safari fotográfico en la sabana africana.