La movilidad laboral entre provincias roza la normalidad

H.J.
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De lunes a viernes, la realidad se adelantó al levantamiento del estado de alarma y los viajes de Burgos a Álava, Vizcaya, La Rioja, Palencia o Cantabria se acercan al 90 por ciento de lo habitual

La movilidad laboral entre provincias roza la normalidad - Foto: Luis López Araico

Las obligaciones cotidianas de trabajadores y empresas que necesitan desplazarse de lunes a viernes han ido por delante de la desescalada oficial. Pese a que oficialmente los desplazamientos interprovinciales no estaban permitidos hasta que acabase el estado de alarma, la realidad de los días laborables es que a primeros de este mes el volumen de viajes entre Burgos y sus provincias limítrofes ya rozaba la normalidad. Con o sin salvoconductos que lo justificasen, eso solo lo saben los protagonistas directos de esos traslados.

Los datos pueden comprobarse en el Estudio de Movilidad Interprovincial que está elaborando el Ministerio de Transportes a partir de los datos proporcionados de forma anónima por los teléfonos móviles, Los últimos disponibles discurren entre el 8 y el 12 de junio y de ellos se concluye que el porcentaje de intercambios con Álava, La Rioja, Palencia o Cantabria se acerca o llega al 90% respecto a lo considerado como habitual (la referencia que utiliza el Ministerio es la semana del 14 al 20 de febrero de este mismo año).

En concreto, los desplazamientos desde Álava a Burgos llegaron a 341.000 viajeros-kilómetro, un parámetro en el que se mezclan el número de personas que se mueven y la distancia que recorren aunque no significa que sea el producto de una multiplicación. Esto supone un 92% más que en la semana del 13 de abril, la inmediatamente posterior a la Semana Santa con el confinamiento todavía en su fase dura, cuando los movimientos se limitaron a 177.000.

En el caso de La Rioja se ha llegado a los 110.000 viajeros-kilómetro (cuando a mediados de abril la cifra se quedaba en solo 72.000) y a un tanto por ciento de normalidad del 90, mientras que los traslados a la provincia burgalesa procedentes de Palencia o de Vizcaya crecieron un 83 y un 66% respectivamente frente a la época en la que casi todo el mundo permanecía en sus casas. Es evidente que la reapertura de negocios y la reincorporación presencial de trabajadores se ha generalizado sin esperar a completar la desescalada.

En sentido contrario, las salidas de Burgos hacia otros territorios han seguido tónicas muy similares con Álava en cabeza del crecimiento en el volumen de desplazamientos, algo que puede explicarse fácilmente si pensamos en la intensísima relación laboral y social de Miranda de Ebro, el Valle de Tobalina o el Condado de Treviño con sus vecinos de Vitoria.