El gigante del dulce mete miedo en Briviesca

S.F.L.
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La inquietud se extiende por la Bureba tras el anuncio del despido de 42 empleados de Morato y las consecuencias que acarrearía

Los 330 empleados de Morato Pane desconocen los puestos que se verán afectados. - Foto: S.F.L.

La energía positiva que transmitían un sol radiante, una temperatura suave para la época del año en la que nos encontramos y la llegada del ansiado fin de semana no pudo levantar los ánimos a una población que compartía una inmensa tristeza. Briviesca se desayunó el viernes con una noticia muy negativa. Morato Pane, la fábrica que más empleados conserva en toda la comarca, planea despedir a 42 personas.

Uno de los 330 empleados comenta el fiasco con Espe, la vendedora de cupones de la Once. «Esto ha sido un mazazo, nadie lo esperaba», declara. «Los briviescanos pagaremos muy caras las consecuencias, nuestra economía se verá muy resentida y perderemos población», se lamenta. Prefiere mantener su anonimato al igual que una compañera de turno, que confía en que los foráneos que trabajan en la planta y pierdan su puesto no abandonen la ciudad. «Aquí trabajan los dos miembros de muchas familias, vecinos de pueblos cercanos y personas de Santander o Burgos. Como les echen, pocos motivos tendrán para quedarse aquí», augura con pena.

Sin duda, los planes de la compañía se han convertido en protagonistas indiscutibles a largo plazo. En la hora del desayuno en los bares, a media mañana en las tiendas y en el mercadillo y antes de comer a la hora del vermut. La conversación de los grupos de vecinos no es otra que la curiosidad por conocer los motivos que han llevado a la compañía a tomar la decisión y los puestos que corren más peligro. «¡Eso es lo peor de todo! Desconocemos si se irán a la calle los de producción, los de oficinas o los encargados de las cadenas», grita a los cuatro vientos una mujer cuya hija trabaja en la fábrica.

La desconfianza que ha generado el anuncio de la empresa a otro trabajador hace que este dude si los despedidos recibirán algún tipo de indemnización. Ante tales rumores, el presidente del comité de empresa de Morato, Roberto Alonso, se apresura a aclarar que sí. «Disponemos de unos acuerdos firmados que podemos hacer cumplir en una parte. Hay mucho que valorar, porque nos dicen que existe un problema económico importante en la empresa. No podemos adelantar nada porque lo trataremos en las negociaciones pero aseguramos que las personas que pierdan su empleo recibirán indemnización», remarca.

La incertidumbre producida por la noticia se ha colado en todas las casas y negocios de la ciudad. Eduardo, de la panadería Pedro, teme al impacto económico que traerá consigo la reducción de la plantilla. «Si no hay trabajo la gente se va. Si hay menos población hay menos ventas. Y si eso ocurre tenemos un problema», afirma. «A pesar de que ningún negocio de Briviesca vende el producto elaborado en la fábrica las consecuencias negativas las sufriremos todos», expone la encargada del supermercado La Plaza.

El reajuste en la plantilla también ha cogido de improviso a la Cámara de Comercio de la capital burebana. «Nadie ha contactado con nosotros para comunicarnos las intenciones de Morato. No tenemos competencias y en lo único que podemos es aportar nuestro apoyo en formación y ofrecemos algunos cursos destinados a desempleados», explica una portavoz de la institución.

Como alcalde del municipio, Álvaro Morales no esconde su disgusto y preocupación ante la posible salida inminente de decenas de trabajadores. El paro registrado en la ciudad todavía es alto, con 644 personas. No obstante, mantiene la esperanza de que los directivos «lleguen a un acuerdo con el comité de empresa durante el periodo de negociación y se consiga evitar el mayor número de bajas». El Ayuntamiento se ha reunido con Morato para transmitir «el apoyo y recordar que hará todo lo que esté en su mano para paliar el problema en la manera de lo posible».