El turismo rural acusa el calor y cierra un verano «aún flojo»

I.P.
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Los viajeros optan por la playa y los alojamientos reciben desde junio 36.722 visitantes, por debajo de 2018, que sumó 38.841. «Aquí lo fuerte es otoño y primavera», dice el sector

La ola de calor generalizada que se ha extendido por todo el país este verano ha perjudicado al sector del turismo rural. - Foto: Valdivielso

La ola de calor generalizada que se ha extendido por todo el país este verano ha perjudicado al sector del turismo rural que ha cerrado los meses de junio, julio y agosto con   un total de 36.722 viajeros, por lo que los propietarios de los alojamientos rurales de la provincia califican estos meses como «normales, tirando a flojos», conscientes en todo caso que el estío no es la mejor época para atraer visitantes, que prefieren la costa para pasar sus vacaciones, y más este año por la elevadas temperaturas.  

En todo caso, las cifras de ocupación veraniega se van acercando a los niveles anteriores a la pandemia,  pero aún por debajo de  2019, que recibió 37.139 viajeros, y más aún de 2018, que fue un buen año con 38.841 visitantes, lo que significa la «normalización» de un turismo que en la provincia tiene en el otoño y la primavera las estaciones más atractivas para disfrutar de los entornos naturales, por lo que el sector confía que a partir de este mes de octubre, casas, hoteles y alojamientos rurales recobren los niveles de ocupación habituales. Y todo hace indicar que así será porque muchos propietarios aseguran que ya tienen reservas para los fines de semana y puentes hasta el mes de diciembre.

Desglosando los datos de los tres últimos meses -septiembre aún no se contabiliza-, el mejor ha sido agosto, con un total de 14.385 viajeros en los alojamientos burgaleses, de los que 12.955  han sido españoles y 1.430 extranjeros. En julio, los turistas que eligieron los alojamientos rurales fueron 12.372, 10.445 españoles y 1.927 extranjeros, mientras que en junio el total fue de 9.965 visitantes, con 8.108 nacionales y 1.857 foráneos. Respecto a estos últimos, el descenso en agosto fue significativo, lo que pone de manifiesto que también el turismo extranjero se decanta por la playa para disfrutar de sus vacaciones en nuestro país.

También se han normalizado este verano las pernoctaciones, es decir, el número de días que los viajeros se quedan en los alojamientos. Entre los tres meses suman 88.680. En este caso, agosto sí ha marcado una gran diferencia con los dos meses anteriores. En junio apenas sumaron 17.276, en julio ascendieron hasta las 27.152, mientras que en agosto se registraron 44.252 pernoctaciones, que además supone un incremento de 13,27% respecto al año pasado. Los turistas españoles son a gran distancia los que más días se quedan, 42.208 por 2.044 de los extranjeros.

No obstante, tras un 2020 muy flojo debido a la situación sanitaria, con 20.850  viajeros entre los tres meses, el sector tuvo un importante repunte en verano de 2021, porque los visitantes preferían viajar a lugares tranquilos y sin aglomeraciones por el temor aún a los contagios. Así lo asegura Ana Peña, presidenta de Turalbur, el colectivo que aglutina a los propietarios de establecimiento rurales burgaleses, que ese año recibieron un total de 31.222 viajeros, 26.930 españoles y 4.292 extranjeros. 

Los datos del año pasado se han visto superados por los meses de verano que acabamos de dejar atrás, con un balance positivo de 17,62%, por lo que sin echar las campanas al vuelo, el sector se muestra moderadamente satisfecho de la evolución de la ocupación este verano y de ir en la línea de la normalidad, y confían en que el próximo año siga esa tendencia al alza y se igualen e, incluso, se superen los datos de 2018 los mejores de estos últimos cinco años, con un total de viajeros de 38.841, de ellos 30.748 españoles y  8.093 extranjeros.  

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