¿Pasamos o no pasamos?

P.C.P.
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La zona de Espinosa de los Monteros despertó con un caso sospechoso y la duda de qué pasará el lunes. Unos están deseando empezar la desescalada y otros lo ven como un problema

Yameile guarda la distancia para charlar con Pili y Carlos en un banco de Gayangos. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Toda conversación en Espinosa de los Monteros empieza estos días con una pregunta y sigue con un gesto.   
‘¿Pasamos o no pasamos?’
- (El interpelado se encoge de  hombros).

Por si había pocas dudas, ayer por la mañana se despertaron con un caso sospechoso que les excluyó momentáneamente del ‘cinturón verde’ de las Merindades, esa serie de zonas básicas de salud que acumulan al menos 7 días libres de sospecha de covid-19, aunque el alcalde confirma que la Junta de Castilla y León mantiene su propuesta de pasar a Espinosa a la fase 1 la próxima semana.

«¿Hemos llegado al lunes?», se pregunta Carmen al pie la CL-629 y junto al bar Anda, cerrado a cal y canto. En realidad es la misma cuestión pero reformulada. Aparentemente la única en toda la comarca si bien no está siempre motivada por la misma inquietud. De hecho, a esta vecina de Baranda, con sus rulos perfectamente alineados, no parece preocuparle la lista de espera de la peluquería o si le van a permitir desplazarse a Villarcayo o al hospital de Cruces,

En mitad de la travesía de Villasante (N-629), Alfonso señala con su vara de madera los camiones y asegura que «el tráfico no ha parado». Varios turismos y transportes pesados en ambos sentidos le obligan a esperar para cruzar al otro lado y corroboran su afirmación. A él le preocupa el tiempo que hará el lunes por si podrá ir a la hierba.

Marina Zorrilla también mira al cielo con trabajo pendiente para el lunes. «A las 8 de la mañana ya tengo encargos», explica mientras organizar la barra de El Rápido, uno de los dos establecimientos hosteleros de Espinosa que anuncia su intención de volver a la actividad con la fase 1. «Si me dejan, por supuesto que abro», afirma con un optimismo que en su caso va con la personalidad, porque la situación no está para sonreír mucho. «Hace 6 años abrimos con la misma ilusión y ahora nos vamos a tomar este viaje como si fuera algo nuevo», explica la cocinera de esta taberna, que ofrecerá comida para llevar y montará la terraza con las especificaciones que le marque el Ayuntamiento.«No serán los rendimientos de antes», aventura, «pero hay que intentar luchar hasta el mes de diciembre, porque el año acaba en diciembre», remarca esperanzada la cocinera, que montó un pequeño Húmedo en Espinosa y sabe que, al menos durante un tiempo, ese concepto de barra y tapa gratis del barrio de León -de donde proviene su mujer- se ha acabado.

(Más testimonios y el reportaje completo, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)