«Lo ideal sería que no hubiera ningún daño por los ataques de lobos». Esa es la opinión generalizada entre el sector ganadero de la Comunidad, que critica la falta de medidas eficaces para conseguir este objetivo, pero ve positivo el «avance» que se ha realizado para incrementar las cantidades que se abonan desde la Junta de Castilla y León como pagos compensatorios por los daños provocados en explotaciones ganaderas por estos animales, así como por el oso pardo y otras especies cazables.

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha publicado para su exposición pública hasta el 14 de diciembre una modificación de la orden que establece dichos pagos compensatorios derivados de los daños provocados por estos animales, en el caso de los lobos al sur del Duero, donde la especie tiene la consideración estrictamente de protegida. Unos cambios acordados con las organizaciones profesionales agrarias que demandaban desde hace tiempo la actualización de los baremos de valoración de diversas tipologías de ganado, «adecuándolas al mercado actual y teniendo en cuenta los daños indirectos y el lucro cesante», y que probablemente entrará en vigor a partir de enero.

El sistema de pagos compensatorios actual se aprobó el 30 de mayo de 2016 y redujo a una media de 20 días el abono de la indemnización desde la comunicación del ataque, incluyendo tanto el daño real como el lucro cesante. La propuesta de actualización publicada el pasado 4 de diciembre en el portal de Gobierno Abierto para su consulta pública establece ayudas de hasta 160 euros por oveja muerta dedicada a la producción de leche, mientras que hasta ahora se abonaban 140 en el caso de los ataques de lobos.

Además, estos pagos ascenderán a 300 euros si el carnero tiene más de 3 años y, para el caso de oveja de raza Ojalada o Castellana Negra el importe por animal será de 195 euros. En ataques en ovino de aptitud lechera con más de diez cabezas muertas, el importe por animal muerto será de 170 euros.