«A partir de un 50% de vacunados, podemos relajar medidas»

GADEA G. UBIERNA
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ENTREVISTA | Licenciada en Medicina de Familia, Mónica Chicote asumió la Gerencia de Atención Primaria en noviembre. Hasta entonces, coordinaba el centro de salud de Melgar. Pasó del contacto directo con el paciente a la primera línea de la gestión

Mónica Chicote, médica y gerente de Atención Primaria. - Foto: Valdivielso

Mónica Chicote lleva casi siete meses al frente de la Atención Primaria de Burgos y se confiesa tan «ilusionada» como el primer día. Está orgullosa de gestionar una campaña histórica de vacunación y, a la vez, la vuelta a la rutina en la asistencia que siempre se caracterizó por la cercanía al ciudadano. «Estamos en un momento delicado, pero muy positivo de cambio», dice, sin ocultar que eso conllevará «organizar las cosas de otra manera», sobre todo en los consultorios. Aprovecha el momento para agradecer de forma expresa el apoyo a todas las personas e instituciones con las que trabaja (de la delegación territorial de la Junta a la plantilla de Primaria) antes de volver a la vacunación, que esta semana inicia una nueva etapa con la administración de las primeras dosis a las personas de 59 y 58 años. 

¿Cuándo se podrá tener con, al menos una dosis, a la cohorte de 50 a 59 años?
Dependerá de los suministros. Los de Pfizer aumentarán en cantidad importante a finales de mayo, por lo que se  irá más rápido. Esta es una franja en la que la población trabaja, por lo que vamos a intentar hacerlo en citación masiva en los fines de semana. 

El presidente del Gobierno anunció que a mediados de junio arrancaría la vacunación sistemática de la cohorte de entre 40 y 49. ¿Cómo se hará aquí, se solapará con la de entre 50 y 59 años o se esperará a acabar con una para empezar con otra?
Pues igual, depende de lo que llegue. Si es suficiente para cubrir las primeras dosis de quienes tienen entre 50 y 59 y están ya administradas las segundas del grupo anterior, se avanzará. Pero todo depende de los suministros, porque personal tenemos suficiente: un equipo muy potente de 26 enfermeros.

¿Con qué porcentaje de población con pauta completa puede llegar Burgos al verano?
Para contestar falta el dato más importante, que es cuántas vacunas vamos a tener. 

Burgos va por delante de la planificación del Gobierno, por lo que es previsible que también alcance el 70% de población con dos dosis antes del final de agosto. ¿Cree que se puede pensar en un verano similar a los previos a la pandemia?
Me parece un atrevimiento hablar de cómo vamos estar. Evidentemente, a partir de un porcentaje de un 50% de población vacunada, podemos relajar medidas. Pero las pautas tiene que darlas el Ministerio [de Sanidad]. Vemos que países con mayores tasas de cobertura están relajando medidas y yo creo que aquí también se podrá hacer, pero no sé hasta qué punto.

¿Cuán necesario ve esta gerencia vacunar entre los 12 y 15 años?
Creo que es importante, sobre todo la vacunación de aquellos grupos de alto riesgo, más vulnerables. Ojalá se pudiera llegar a toda la población adolescente y preadolescente, pero hay que priorizar. 

¿Qué porcentaje de personas vacunadas se han contagiado en Burgos?
Es muy bajo y la mayoría de los fallos vacunales son en gente muy mayor. Pero el dato más relevante en relación a este tema es que el fallo es relativo, porque el paciente se infecta, pero hemos evitado la mortalidad y, en muchos casos, el ingreso hospitalario. El objetivo está conseguido. 

Primaria es el centro neurálgico del rastreo y de la realización de pruebas. ¿Qué pasa en Burgos, y especialmente en la capital, para tener estas incidencias tan altas con respecto a otros sitios y que cueste tanto bajarlas?
Llevamos más de un año de pandemia y nos seguimos haciendo esta pregunta. Burgos tiene unas características que igual pueden influir, con una ubicación estratégica, con mucha población que se queda por cuestiones laborales unos días y luego se va... Y tenemos una trama empresarial muy amplia que, en un momento dado, puede favorecer que haya más casos. Pero hacemos conjeturas, realmente no sabemos lo que pasa. Lo que sí sé con exactitud es que tenemos un equipo de rastreo impresionante: 83 personas.

La consejería ha anunciado ya la vuelta a la presencialidad en las consultas, ¿el filtro telefónico se va a mantener o será como antes, que el paciente siempre ve al facultativo cara a cara?
Al paciente se le dará la posibilidad de que pueda elegir el tipo de consulta y eso es muy importante.  Va a dar un valor añadido a la organización de las consultas. El teléfono ha agilizado muchos trámites y eso hay que seguir manteniéndolo, hay que seguir dándole la opción, si la quiere.

¿Y para quienes escojan y quieran la presencialidad, va a haber filtro telefónico previo? Es decir, ¿va a tener que comentar su problema y, en función de eso, se decide si es presencial o no?
Va a haber posibilidad de que el paciente elija el tipo de consulta y también va a haber posibilidad de que el profesional gestione una consulta concertada del tipo que él considere necesaria, personal o telefónica. El coronavirus sigue ahí y no podemos volver a las salas de espera de antes, sin saber si la persona que tengo al lado está contagiada o no. Pero la agenda tiene que abordarse en un modelo de forma de trabajo más global, de asistencia clínica diferente.

¿A qué se refiere?
Es distribuir las citas entre un equipo multidisciplinar que resuelva mejor el problema del paciente.  Que todo lo que sea competencia de un administrativo lo resuelva un administrativo y que lo que pueda hacer una enfermera no lo haga un médico. Esta gerencia quiere dar respuesta a la demanda del paciente, pero no la que él percibe, sino a su necesidad real. Pongo un ejemplo: necesitas resolver un trámite administrativo y yo te digo que al día siguiente lo tienes. Pero te he visto pálida y con mala cara, porque te conozco, porque la Atención Primaria es longitudinal, con una visión generalista. Mi obligación entonces es preguntarte si estás bien e indagar sobre una patología que, en principio, no creías tener. Esa es la necesidad del paciente, pero no era su demanda. Y los profesionales de Primaria debemos tener tiempo para las necesidades, además de para las demandas. Con agendas de 60 o 70 [personas al día] es imposible.

¿Y si es al revés, la persona se encuentra mal y no consigue que su médico lo vea, lo cual ahora es queja recurrente?
Es cierto que no se está accediendo como al paciente le gustaría. Al paciente que viene con síntomas graves se le ve, pero el médico necesita tiempo para priorizar. Y por eso es tan importante la gestión compartida de la demanda.

¿Cómo se explica que con todo el personal administrativo y sanitario vacunado y con buena parte de la población que más frecuenta las consultas con, al menos, una dosis, se haya llegado a finales de mayo sin presencialidad?
El personal estaba vacunado, pero la población no. Y no podíamos asumir que en las salas de espera hubiera un riesgo añadido.

Pero, al mismo tiempo, se han celebrado vacunaciones masivas. ¿Por qué en el punto de inoculación no hay riesgo y en una sala de espera donde se puede controlar el aforo sí?
Las colas en la vacunación son en el exterior, no es lo mismo que un centro de salud con una sala pequeña. Y, cuando las colas se hacen en el interior, hay un esfuerzo ímprobo para garantizar que se controle la distancia de seguridad.

Eso no se discute. La pregunta es si todas esas medidas no se podían haber adoptado desde hace meses en un centro de salud.
Es que en una vacunación hablamos de población sana y en el centro de salud, en principio, no lo está. Habrá más presencia a demanda del paciente, pero durante un tiempo vamos a seguir manteniendo medidas de protección a la población: triaje a la entrada, ventilación y consulta telefónica previa si es necesaria...

Consultorios de Caderechas y La Bureba, Ribera o zonas de Villarcayo llevan entre uno y dos años sin consulta presencial. ¿Esa forma de atender no traslada el mensaje de que verse cara a cara con el médico puede ser prescindible?
Ahí discrepo: sí ha habido consulta presencial. Otra cosa es que los consultorios locales donde antes se iba a hacer esa asistencia médica no cumplan con las condiciones para que haya un doble circuito. Se pasa consulta, previa cita telefónica, y el médico, si tiene que verlo, decide entre citar en el consultorio, ir al domicilio o pedir que lo acerquen al centro de salud, donde sí hay doble circuito. Lamentablemente, hay consultorios en los que no es posible. Pero al paciente se le ha visto. Desde la gerencia hacemos una vigilancia muy estrecha.

¿Sobran consultorios en Burgos?
[Pausa] Yo creo que es necesario adaptarnos a las necesidades actuales. En un momento como este, hay que plantearse que la ratio de médicos en relación a la población en Burgos está en la media, pero que los movimientos demográficos han hecho que zonas que antes estaban muy pobladas ahora no lo estén. Y que es necesario trabajar para poder organizar las cosas de otra manera.

Es decir, que sí sobran.
Hay que reorganizar las cosas de otra manera. Sinceramente.

Hace un tiempo se anunció un plan para la zona de Las Quintanillas que concentraba las consultas en el centro de salud de cabecera y cerraba los consultorios, ¿va a ser este el modelo?
Hay que trabajar en ello y no va a ser fácil. Cuando hay un profesional que tiene 100 cartillas y otro tiene 1.700, hay que dar una solución. Y no es no ir al consultorio, la solución puede pasar por otro tipo de sistemas que hagan que esos pacientes puedan tener la mejor asistencia de calidad, en un sitio donde se le puedan hacer pruebas y haya una mejor dotación para poder valorarlos. Nuestro sistema es de los años ochenta y las cosas han cambiado, hay que trabajar en otro, que asegure la equidad y la calidad de la asistencia sanitaria.

¿Qué hay de la propuesta de cerrar los centros de salud por la tarde en verano? ¿Se ha echado para atrás solo en Miranda?
Me alegra esa pregunta, porque leí en Diario de Burgos que la Gerencia de Atención Primaria se echaba para atrás en Miranda y no es así. La gerencia se hizo eco de una necesidad que solicitaron centros de salud urbanos y se vio que era factible con refuerzo del PAC [Punto de Atención Continuada]. La demanda a nivel urbano [en la capital] desciende entre un 30%y un 40% en verano, por lo que el PAC tampoco tiene por qué tener un aumento considerable. Aún así, vamos a reforzarlo en julio, agosto y septiembre. La gerencia tomó la decisión tras la propuesta, pero sí pedimos que todos los centros de salud de las ciudades hicieran lo mismo. Burgos decidió cerrar por la tarde, con refuerzo en el PAC; Aranda lo mismo y Miranda ha decidido no cerrar. Pero no nos hemos echado para atrás.

¿Y en Burgos y Aranda cómo se van a compensar esas horas de asistencia que tendrían que prestar por la tarde?
Será la misma, pero por la mañana. Harán cinco mañanas en lugar de cuatro y una tarde. Y así se podrán organizar mejor para las vacaciones, sin detrimento de la asistencia sanitaria.

¿Cuántos médicos se jubilan este año y con qué relevo cuentan?
Cuando me puse al frente de la Gerencia, esta era una de mis preocupaciones acuciantes. Pero tenemos la suerte de que los 37 que tenían que jubilarse, 18 han solicitado la permanencia. Hasta ahora se han jubilado 9 y estamos a la espera de lo que digan los demás. Por ahora estamos cubriendo la mayoría de las vacantes y hemos podido solucionar el problema de la Pediatría. Tenemos la oferta pública de empleo de 2019 pendiente de resolución y creo que Burgos va a ser una de las grandes beneficiadas de esa estabilización de empleo. A esto se suma que ahora salen residentes y en un 60 o 70% parece que se quieren quedar. Es menos alarmente de lo que me parecía.

¿A qué equivale ese porcentaje?
Pues finalizan 9 médicos residentes de familia y cinco enfermeras y también tenemos dos de fuera que parecen interesados.

¿Cuántas vacantes hay ahora y cuales son las de cobertura más urgente?
De las que no hay nadie, que están sin cubrir, hay dos en medio rural y tres en urbano [en la capital]. Y luego por bajas u otras razones, tenemos 31 plazas de área, que parecen muchas, pero están sobreestimadas porque se sacaron más de lo que eran las necesidades reales.

El centro de salud de Villarcayo lleva más de dos años con falta de médicos de equipo y de área, ¿qué solución se va a dar?
Estamos trabajando en ello y sin dilación, porque nos preocupa. Por ahora hemos podido contratar a un médico de área y de esas dos plazas vacantes que quedaban una ya está cubierta y confiamos en que este proyecto de estabilización de residentes cubra más. Y vamos a crear un modelo de gestión compartida de la demanda, contratando dos enfermeras o residentes de enfermería con especialidad, para que puedan realizar ese apoyo a los equipos. También hemos pedido al Ayuntamiento que se pueda centralizar la asistencia en Villarcayo y, con transporte a la demanda, acercar al centro de salud las pocas poblaciones que están periféricas, salvo para urgencias o visitas a domicilio. A cada facultativo que viene le ofrecemos Villarcayo, porque es una prioridad.

¿Qué novedades hay con respecto a la remodelación del proyecto del centro de salud del Silo, cuándo arrancará de nuevo?
La Gerencia Regional [Sacyl] se ha comprometido a agilizar los trámites, pero no va a ser un período corto de tiempo. El García Lorca tiene muy poco espacio y una situación complicada y, de todas las opciones que les hemos propuesto [a los profesionales], han escogido poner unos módulos asistenciales externos para aligerar las consultas que tienen dentro. Ya está aceptado por el Ayuntamiento y, al módulo que ya tienen, vamos a añadir otros dos. Pero en el Silo falta la nueva licitación y un nuevo pliego, que lleva tiempo. Esperemos que para el verano de 2023 podamos tenerlo.