El repunte de positivos en Aranda hace temer a la hostelería

I.M.L.
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El sector cree que se les puede acharcar ser foco de contagio e insisten en que respetan las máximas medidas de prevención.

Las terrazas al aire libre están siendo el salvavidas de los negocios hosteleros pero no alcanzan el negocio de otros años. - Foto: DB

Miedo. Ese es el sentimiento que se está abriendo paso en la sociedad arandina con la detección de casos positivos por coronavirus en Aranda, después de más de un mes sin ningún caso. El sector que teme verse más afectado es el de la hostelería, que intenta recuperar parte del negocio perdido durante el estado de alarma y que ve con preocupación cómo se les van recortando las posibilidades.

"En Aranda y comarca se están haciendo muy bien las cosas, nos esforzamos por cumplir al máximo con todas las medidas de prevención del contagio y, sin embargo, no nos dejan intentar recuperar parte de lo perdido", apunta Nuria Leal, presidenta de la Asociación de Hosteleros de Aranda y Ribera (Asohar), que pone como ejemplo el recorte del horario nocturno de cierre a las 2 de la madrugada, lo que les limita el margen de apertura y les pone en el punto de mira. "El problema no está en la hostelería, que no digo que se pueda dar algún contagio, pero ¿quién controla el botellón o las reuniones familiares? Eso no se hace y ahí también se pueden dar casos", pone de manifiesto.

Con el calendario en la mano, Leal resalta que "nos queda un mes para intentar recuperar parte de lo perdido", ya que con la llegada de septiembre se limita el uso de los veladores. "La gente tiene miedo a entrar en los establecimientos y si encima no puede aguantar en una terraza, a nosotros nos queda poco margen de tiempo no digo para ganar dinero, sino para recuperar parte del negocio que no hemos podido hacer, porque ahora estamos teniendo una facturación que de media es un 40% de lo que teníamos otros veranos", reconoce la presidenta de Asohar.

Tras la declaración oficial de un primer brote en Aranda por parte del Servicio de Epidemiología de la Junta de Castilla y León, el sector hostelero cruza los dedos y confía en que la cosa no vaya a más. "Esperemos que no haya más casos y este brote sirva de llamada de atención para que la gente se dé cuenta de que no nos podemos relajar y hay que mantener todas las medidas de mascarilla, higiene de manos y distancia de seguridad para parar al virus entre todos", expresa Leal.

Preocupación sanitaria. El goteo de casos que se está registrando esta semana en el ámbito de la Atención Primaria en la comarca ribereña hace que entre los profesionales sanitarios se haya despertado el miedo a que esto sea el inicio de una situación que se asemeje a lo vivido en primavera. Después de llevar más de un mes libres de casos positivos por PCR en la comarca, esta semana se han registrado seis casos aislados, tres en cada centro de salud de Aranda, y dos más que se detectaron en el Hospital de los Santos Reyes, ambos relacionados con mujeres en su última etapa de embarazo y una de ellas derivadas al HUBU "por precaución". A todos estos casos, que no han precisado hospitalización y se encuentran en seguimiento domiciliario por parte de Primaria, se sumaba ayer la declaración oficial por parte del Servicio de Epidemiología de la Junta de Castilla y León del primer brote en Aranda, con cuatro casos positivos generados en el ámbito familiar laboral, detectado en el Centro de Salud Norte de la capital ribereña.

La aparición de positivos se ve como un aviso de que la enfermedad no está controlada y mucho menos erradicada, y que estas cifras van a crecer en los próximos días. "Estamos haciendo decenas de pruebas, por lo que seguro que los positivos van a aumentar, solo esperamos que sea paulatino y sigan asintomáticos para que no se den ingresos", apuntan desde uno de los centros de salud arandino.

Un sentir que se comparte en el ámbito hospitalario, donde no se ha bajado la guardia a la hora de atender a los pacientes, ya que están seguros de que los positivos seguirán aumentando. "Ahora estamos avisados de lo que puede pasar, y que pasará si no ponemos cada uno de nuestra parte", instaba el gerente del Santos Reyes, Evaristo Arzalluz.