La primera de la clase

Agencias
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Con un currículo intachable, Harris rompe un techo de cristal al acceder a la Vicepresidencia, un cargo al que llega como «solucionadora» de problemas

La primera de la clase - Foto: BRENDAN MCDERMID

Kamala Harris hizo ayer Historia al convertirse en la primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos, así como la primera afroamericana y la primera persona de origen asiático en acceder a este puesto, tras una carrera profesional en la que ya está acostumbrada a ser una pionera. Y como tal juró como vicepresidenta de la mano de otra mujer que ha roto moldes, la jueza Sonia Sotomayor, la primera latina magistrada del Tribunal Supremo de EEUU.

Con su madre como fuente de inspiración y proveniente de una cultura que «produce mujeres fuertes», Harris ha tenido que recurrir en numerosas ocasiones a esa fortaleza en una trayectoria marcada por las primeras veces: fue la primera fiscal de distrito afroamericana y la primera fiscal general en la historia de California; la primera indio-americana en llegar al Senado y, ahora, marca otro hito al convertirse en vicepresidenta.

Nacida el 20 de octubre de 1964 en Oakland (California), su nombre hace mención a sus antepasados indios, ya que significa loto y es una de las denominaciones de la diosa hindú Lakshami. Pese a su origen multicultural, Harris prefiere describirse a sí misma simplemente como «una estadounidense», y asegura que siempre se ha sentido bien con su identidad.

La senadora atribuye a su madre el mérito de no haber tenido problemas de identidad, ya que ella creció bebiendo de la cultura india, pero al mismo tiempo sintiéndose orgullosa de ser afroamericana.

Tras su investidura como vicepresidenta, esta «solucionadora» de problemas, de 56 años, se coloca en un puesto de ventaja para convertirse en un futuro hipotético en líder del Partido Demócrata, dada la edad de Biden.