La Villa Olímpica de los atletas de Tokio 2020 abrió sus puertas ayer con discreción, sin actos ni la presencia de medios en medio del repunte de contagios por la COVID-19 en la ciudad, cuando restan 10 días para la inauguración del evento. Los residentes del complejo construido en el distrito de Harumi, en una de la islas artificiales de la bahía de Tokio, empezaron a llegar ayer a lo que serán sus alojamientos mientras dure su participación en los Juegos, fuera del foco mediático y sin que la organización quisiera proporcionar cifras sobre los primeros inquilinos.

En el formato ‘burbuja’, los organizadores optaron por cancelar las ceremonias de bienvenida que caracterizaron la apertura de la Villa en citas anteriores, ante la necesidad de «tomar estas precauciones para prevenir la propagación del coronavirus», dijeron en un comunicado.

El uso de mascarilla será en principio obligatorio en las zonas comunes y cuando no pueda garantizarse una distancia de seguridad apropiada para todos los atletas olímpicos y paralímpicos, que se esperan que sean unos 15.400 en conjunto, y otro personal con contacto frecuente con ellos.

Despedida en Madrid

Por su parte, la expedición española contará con 321 deportistas, 184 hombres y 137 mujeres clasificados para Tokio. El deporte con mayor número de representantes será el atletismo con 55, seguido de la natación, que contará con 45 participantes.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, despidieron a los madrileños seleccionados para competir en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos tras el aplazamiento el pasado año debido a la pandemia. En este acto, Almeida auguró que la «edad de oro del deporte español se va a prolongar» y aseguró que el deporte español «goza de buena salud». 

Entre los deportistas destacó Jesús Ángel García Bragado, que participa en ocho citas, superando a la velocista jamaicana Merlene Ottey.