Desde ayer la hostelería y el comercio pueden trabajar en unas condiciones lo más parecidas posibles a la tan añorada ‘vieja normalidad’, esa que entró en punto muerto en marzo del año pasado. La Junta ha eliminado desde este martes las limitaciones de aforo de estos dos sectores, aunque en la práctica la medida poco o nada se dejó notar a pie de calle.

Donde quizás más incidencia tuvo fue en la restauración, ya que el aumento de capacidades hasta poder optimizar los locales al cien por cien permite que el número de mesas crezca. De las 17 que habilitaban hasta ahora en el Rincón de España pasaron ayer a 22. «Hemos ampliado en el comedor. Antes trabajábamos con una vacía entre medias y ahora eso puede desaparecer», apuntaron desde el local. De este modo, sobre todo de cara a los fines de semana, el negocio podrá recibir más clientes. «Los burgaleses y los españoles se han portado muy bien este verano con nosotros», indicaron.

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