La versión del Burgos CF fuera de casa difiere de la que muestra como local, lo que se ha convertido en la asignatura pendiente de la escuadra burgalesa. La intención en las últimas salidas ha sido trasladar esas buenas sensaciones a los partidos a domicilio, algo que de momento el equipo no ha conseguido. Hoy visita a uno de sus rivales directos (Reale Arena, 18,15 horas), una Real Sociedad B que hace del juego combinativo su seña de identidad.

El objetivo de los blanquinegros es doble. Quiere distanciar a un rival directo, que en estos momentos está a 5 puntos de los burgalesistas, y para conseguirlo necesitará alcanzar la segunda de las metas: mejorar sus prestaciones como visitante.

Así las cosas, en juego habrá algo más que tres puntos. Una victoria en San Sebastián sería una inyección de confianza importante para el vestuario de cara a un  exigente mes de diciembre, a lo que hay que añadir que supondría un paso adelante en la clasificación que alejaría a los de la ribera del Arlanzón de la zona pantanosa de la tabla.

El juego combinativo es la principal virtud de los donostiarras, aunque también se convierte en muchas ocasiones en la puerta que encuentran sus rivales para hacerle daño. Los blanquiazules tocan hasta el extremo y si sus adversarios son capaces de robar en zonas comprometidas crean mucho peligro, porque el repliegue no es uno de los fuertes del equipo vasco.

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