Las huellas tras un fuego en Cantabrana llevan a Bentretea

S.F.L.
-

El autor o los autores del acto arrastraron unos 30 metros dos contenedores que dejaron frente a la puerta de la lonja ardiendo. El propietario de la misma calcula que las pérdidas superan los 20.000 euros

Cuando los bomberos voluntarios de Oña acudieron al municipio las llamas habían devorado el tejado y el interior del inmueble. - Foto: I.A.

El nuevo año no ha podido comenzar peor para el propietario de la lonja de Cantabrana que durante la madrugada del lunes quedó arrasada por un incendio que, según las pistas con las que los bomberos voluntarios de Oña se toparon, fue «intencionado» y para el que utilizaron dos contenedores.

Pasadas las dos de la madrugada el jefe del parque oniense recibió un aviso alertando de que en el municipio de Caderechas se había originado un fuego en un inmueble. Acompañado por otros tres voluntarios consiguieron llegar a la localidad veinte minutos después por una carretera cubierta por nieve y placas de hielo que hacían la conducción algo más complicada. No obstante, la rapidez con la que actuaron no fue suficiente para salvar la lonja y el material guardado en su interior, que quedo totalmente calcinado.

Según las declaraciones de uno de los bomberos que acudieron al incidente, el fuego «tuvo que provocarse poco después del toque de queda ya que apenas cuatro horas después las llamas habían devorado la edificación y el tejado quedando parte de las vigas de madera ardiendo». Comprobaron que el incendio se había originado al prender dos contenedores que habían sido arrastrados unos 30 metros de distancia hasta la puerta de entrada del garaje, situada en la entrada del pueblo. «El o los autores del suceso intentaron prender un tercero que acabó por volcarse en una cuneta y allí se quedó», manifiesta.

Otro de los voluntarios que colaboró en sofocar el incendio declara a este periódico que mientras se dirigían a Cantabrana en el camión unas huellas que comenzaban en Bentretea (localidad aledaña) y que se encaminaban hasta el municipio en el que ocurrió el suceso les llamaron la atención. «A esas horas de la madrugada todo el paisaje y la vía se encontraban bajo un manto blanco de nieve y hielo. No existían rodadas de vehículos excepto las que íbamos dejando nosotros», aclara.

Los daños que este acto han provocado al particular son elevados ya que además de destruir la lonja de su abuelo, al que tenía especial admiración, cantidad de herramienta, un tractor, un remolque, una desbrozadora, un quad, cajas con manzanas y más de una tonelada de abono, entre otros artículos, han quedado inutilizables. «Calculo que las pérdidas superan los 20.000 euros. No entiendo que nos hayan hecho esto, porque nos llevamos bien con todo el mundo», expone el propietario, que se trasladó de Vitoria a la localidad burebana tras enterarse del suceso.

Varios vecinos de la localidad con los que este periódico ha contactado aseguran que no se enteraron de nada ni escucharon ruidos extraños. Solo la persona que dio aviso vio a través de las ventanas de su casa un resplandor sospechoso generado por el fuego. Tras un servicio de dos horas aproximadamente y una vez que la Guardia Civil levantó el atestado los bomberos de Oña abandonaron el lugar de los hechos sin apenas poder hacer nada más que descargar la bomba del camión.

La Mancomunidad Oña-Bureba-Caderechas-Valdivielso tomó cartas en el asunto y sustituyó los dos contenedores calcinados durante el día de ayer. El que terminó entre la maleza pudo recuperarse.