«Las primeras ocupaciones en Europa son muchos más antiguas de lo que se pensó en su momento"

Ical (Lidia Sierra) / Burgos
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Davinia Moreno García • Responsable de Resonancia Paramagnética en el Cenieh

Davinia Moreno (Ricla, Zaragoza, 1981) trabaja desde hace años en el Centro Nacional de Investigación de la Evolución Humana. Hace apenas unos meses que consiguió realizar el primer estudio geocronológico sistemático de todos los estratos de Gran Dolina en la Sierra de Atapuerca (Burgos) afirmando que su antigüedad supera el millón de años.

La zaragozana Davinia Moreno es la única geóloga española que trabaja con el método de Resonancia Paramagnética Electrónica. Un sistema único en Europa que permite datar yacimientos con el ánimo de destronar la teoría de que los asentamientos humanos más antiguos rondan los 400.000 años. Su próximo objetivo será datar Cueva Fantasma, el yacimiento que se presume más ‘anciano’ de Atapuerca.

¿Qué es la geocronología?

Una rama de la geología que intenta dar un contexto cronológico a los restos que hallamos. En historia lo que importa es organizar cronológicamente lo que ocurre y eso es lo que hacemos nosotros. En Prehistoria es algo más complicado y por eso nace esta disciplina.

¿Es posible datar la edad de cualquier estrato?

No. Cuando uno quiere datar un yacimiento tiene que tener antes una cierta idea de la edad que puede tener. En función de la edad que supongamos, utilizaremos un método u otro. En un yacimiento romano o medieval podremos usar carbono catorce con una metodología que va desde la época actual hasta los 50.000 años. En cambio si el yacimiento ya es más antiguo resulta imposible que funcione el carbono catorce. Optaremos por la luminiscencia que es un método de datación que permite datar hasta 400.000 y 500.000 años. A partir de ahí, nos iremos al método de la resonancia paramagnética electrónica que es el único sistema que nos permite datar hasta varios millones de años. Para la historia de la Tierra, iremos al argón.

Hace algunos meses su equipo consiguió realizar el primer estudio geocronológico sistemático de todos los estratos de Gran Dolina en Atapuerca, ¿cómo se llevó a cabo este estudio que arroja una antigüedad de un millón de años?

En este estudio nos valimos de los granos de cuarzo que están dentro del sedimento y aplicamos la resonancia paramagnética. Fue todo un reto porque una de las claves para usar este método es que la señal tiene que desaparecer en el momento en el que el sedimento queda atrapado en la cueva. Si eso no ha ocurrido, sobremediremos esa edad. En Gran Dolina fue un reto porque al ser un complejo kárstico no sabíamos si se había vaciado o no esa señal de luz. Finalmente todo salió bien y pudimos asegurar que los niveles eran de un millón de años. 

¿Cuál puede ser el yacimiento más antiguo de Atapuerca? ¿Habrá alguna sorpresa en el futuro?

Eso es lo próximo queremos descubrir. En Sima de los Huesos estuve trabajando hace algunos años, Science se hizo eco de mi estudio, y descubrimos que la antigüedad de este yacimiento ronda los 400.000 años. Mi intención pasa por datar Sima del Elefante, donde se han hallado los restos más antiguos de la sierra porque sabemos que está datado en torno a 1,2 millones de años. También habrá que estar atentos a Cueva  Fantasma.

¿Cuánto se tarda en hacer un estudio de esta naturaleza?

En Gran Dolina estuve tres años. Es un proceso larguísimo. Desde que tú muestreas hasta que tienes una fecha pueden pasar dos años. A veces nos pensamos que esto es coger la tierra, meterlo en la máquina y magia; pero es necesario horas, horas y más horas.

¿Es fiable la resonancia paramagnética electrónica? ¿Cómo funciona?

Podemos decir que casi cien por cien y que en España somos los únicos en datar con este sistema, y casi en Europa. Solo hay un centro con este sistema en París. El sistema de datación busca electrones mediante la aplicación de un campo magnético y no hay nada parecido en la actualidad para datar niveles como los de Atapuerca. Hay que saber que la resonancia paramagnética electrónica es un método muy nuevo que no conocen muchos científicos. Lo más importante es que podemos datar millones de años sin necesidad de tener sedimentos volcánicos. Y eso en Atapuerca, como en tantos lugares europeos es clave. En Europa hay escasos sedimentos volcánicos, a diferencia del continente africano.En Europa había hasta hace poco un vacío cronológico enorme con decenas de yacimientos sin datar porque no existía un método fiable.

¿Y hemos creado cátedra?

Pues más o menos porque hasta hace pocos años en Europa no se podía afirmar que existían asentamientos más allá de los 400.000 años. Ahora podemos determinar con esta técnica que hay niveles que superan el millón de años. Solo hay que mirar a Atapuerca. Hemos demostrado que las primeras ocupaciones en Europa son muchos más antiguas de lo que se pensó en su momento.

Además de para la provincia, trabaja en proyectos nacionales e internacionales como el de Olduvai, en Tanzania. ¿Qué trabajos desarrolla en África?

Lo que voy a hacer es muestrar un yacimiento de la Garganta Olduvai. Lo bueno de esta zona del planeta es que es una zona volcánica que ha dejado nubes de cenizas por todo el entorno. Esas cenizas caen formando trufas volcánicas y nosotros lo que hacemos es datar esas trufas por argón-argón, que es uno de los métodos de datación más precisos de cuantos existen. Datar esos niveles es fantástico porque son niveles muy homogéneos con una gran prevalencia de yacimientos. Al datar ese entorno sabemos, casi con exactitud, la antigüedad del yacimiento en concreto. Este año la novedad en Olduvai va a consistir en utilizar la resonancia paramagnética electrónica en esos niveles más antiguos. Lo que buscamos es cotejar los datos que nos proporcione el argón-argón con los que nos dé la resonancia.

Imagino que no le faltarán proposiciones en España y en Europa para que date yacimientos. ¿Es así?

Sí, es cierto que hay mucho interés. La prueba es que este año voy a Tanzania. Sí que es cierto que no se conoce muy bien el método y ni los propios científicos están en ocasiones al día de esta técnica de datación. Hay que decirles que es única.

¿Los cambios en el medio han sido claves en la evolución de nuestra especie?

Claro que sí, el cambio del medio en su selección natural hizo que algunas especies sobrevivieran y otras desaparecieran del todo. En Atapuerca lo vemos con la fauna: hubo osos, leones, tigres de dientes de sable y especies de microfauna que después se extinguieron.

¿Cómo se logra dar con la cronología más antigua de restos fluviales?

En este caso debemos hacer uso de la resonancia paramagnética electrónica porque no hay datos de la antigüedad de las terrazas y con este método hemos visto que se puede conseguir saber hace cuánto se formó un río. En el caso del Arlanzón hemos visto que las terrazas más antiguas rondan el millón de años. En unos meses publicaremos el trabajo que demuestre que el río Arlanzón se formó hace un millón de años.

Cuando hablamos de yacimientos, uno se imagina al paleontólogo y a veces nos olvidamos de la geología. ¿Se le da en la sociedad la importancia que tiene?

No, la geología es una gran desconocida y es igual de importante que la arqueología para poder escribir la historia de la Humanidad. Es importante conocer la geología de un lugar, especialmente en la Prehistoria porque no existe más referencia que la propia tierra.

¿Cuál es su próximo reto?

Quiero acabar de rastrear las terrazas del Arlanzón y avanzar en Olduvai. No está mal para empezar. Nos llevará tiempo.

¿Trabajan codo con codo geólogos y arqueólogos?

En Atapuerca es algo que se ha conseguido. Formar un equipo multidisciplinar compuesto por geólogos, biólogos, arqueólogos y topógrafos, entre otros. Atapuerca es un ejemplo de equipo que funciona muy bien. En esta rama no se puede ir por libre.

¿Cree que habrá medios para que España lidere proyectos de su campo?

Esperemos que sí.