Veraneo en los museos con cuentagotas

A.S.R
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CAB, MEH, Museo de Burgos y del Retablo reducen sus visitas durante julio, agosto y septiembre por la desaparición del turista extranjero y la timidez del nacional. Solo el Centro de Arte Caja de Burgos cierra un mes en verde

Visitantes en el Museo de la Evolución Humana. - Foto: Christian Castrillo

La ecuación es sencilla: menos turismo, menos visitantes en los museos. Podía haberse producido un boom del público autóctono, pero no ha sido el caso. Los centros capitalinos han pasado la época estival con más tranquilidad que nunca, eso sí, muy a su pesar. Museo de la Evolución Humana (MEH), Centro de Arte Caja de Burgos (CAB), Museo de Burgos y Museo del Retablo han reducido entre un 39 y un 58% sus visitas durante julio, agosto y septiembre. Nada que no se esperaran sus responsables ni un panorama distinto al que han vivido los grandes espacios culturales de todo el país. 

Aunque con particularidades, todos han acusado el drástico descenso del turismo internacional, la timidez con la que se han movido los visitantes nacionales, aunque ni vascos ni madrileños han fallado, y tampoco han sentido un aluvión de público burgalés, salvo excepciones, como la del espacio de la Fundación Caja de Burgos, que ha logrado cerrar el mes de agosto en verde debido a la exposición que reúne las 309 fotos enviadas por los burgaleses al concurso Desde tu ventana, convocado durante el confinamiento, que ha atraído cual imán a participantes y amigos. 

De los cuatro centros recorridos, el que acusa un mayor descenso es el Museo del Retablo, con un 57'75% menos, seguido del CAB, con -47'12%. Los que mejor aguantan, el Museo de Burgos, con una bajada del 38'76%, y el MEH, que ha perdido el 41'88%. 

A ninguno de sus responsables los ha sorprendido ni hacen un drama de lo ocurrido, aunque unos sí son más positivos que otros. 

En la parte alta. Y ahí el número uno lo ocupa la directora gerente del CAB, Cristina García. «No esperábamos otra cosa, pero estamos muy contentos porque desde que se decidió que abríamos las puertas el 2 de junio había mucha incertidumbre, no sabíamos cómo iba a reaccionar el público y, sorprendentemente, lo ha hecho muy bien. No ha habido ningún día catastrófico, con cero visitas. La gente viene pausadamente», introduce y, ¡sorpresa!, llama la atención sobre el «fantástico mes» que ha sido agosto, con 129 visitas más que en 2019 debido al reclamo del participativo concurso fotográfico. 

García observa que este movimiento refleja la avidez del público por consumir cultura y que han convencido las medidas de seguridad desplegadas. 

Ese optimismo no llega hasta la vecina iglesia de San Esteban. El director del Museo del Retablo, Antonio García Ibeas, se lamenta por un verano «desastroso». Y, lo que es peor, no vislumbra mejoría. «El futuro se presenta mal. Ya se ve en la caída que se ha producido de agosto a septiembre, de 2.104 a 929. La bajada es increíble», alerta y apunta que los ha golpeado el desplome del turista extranjero, «se habrá quedado en un 5%», y de los peregrinos, con unas cifras que no se han compensado de ninguna manera con las del visitante más cercano. 

No le ha pillado por sorpresa. Reconoce que arrastran el descenso de asistentes a la Catedral, ya que funciona realmente bien la pulsera turística, un producto que permite por un euro más de la entrada de la Seo visitar también San Nicolás, San Esteban y San Gil. 

Al otro lado del río. No con resignación cristiana, pero sí mundana viven en el MEH la reducción de su público. El centro del paseo de la Sierra de Atapuerca es, de lejos y con permiso de la Catedral, uno de los destinos imperdibles en la visita a Burgos. Y ha mantenido el tirón, aunque sin los grandes números a los que está acostumbrado (de 117.240 ha pasado a 68.148). Tampoco se ha disparado la procedencia de quienes cruzan sus puertas. Sí ha bajado a la mitad el turista internacional y ha subido el nacional, con madrileños, vascos y castellano y leoneses a la cabeza. Un liderazgo en el que el público burgalés también despunta. 

«A las visitas presenciales habría que sumar todas las virtuales que se han producido en seguimiento de nuestras actividades», valora el director científico, Juan Luis Arsuaga, quien a la vez que sostiene que «era esperable» ese descenso, saca pecho por el «esfuerzo que hemos hecho tanto en la programación del Museo como excavando durante un mes en estas circunstancias tan excepcionales». 

Con unas cifras más modestas, el revés ha sido más liviano en el Museo del Burgos, ese bello desconocido que se esconde en la calle Miranda y que lleva años suspirando por su ampliación, con un visitante de clara vocación cultural, al que también ha espantado el bicho. Ha bajado de 5.499 a 3.368. 

«Hemos sentido mucho la pérdida de los grupos turísticos, culturales y universitarios que sostienen el verano», destaca la directora, Marta Negro, al tiempo que reconoce que no tenían ninguna expectativa sobre lo que iba a ocurrir: «Ha sido una situación completamente nueva, se nos han caído los esquemas con los que trabajábamos de flujos de visitantes, de épocas buenas y malas...». ¿Volverá todo a su cauce?