Un incendio originado por un rayo devasta la Bodega Martín Berdugo

J.C.O. / N.L.V. / Aranda
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Nave de elaboración. Las llamas se originaron en la cubierta del edificio que alberga la tolva, la prensa y los depósitos y arrasaron también las instalaciones de las oficinas y del laboratorio.

Las llamas, que se veían a varios kilómetros de distancia, arrasaron por completo la cubierta de la nave de elaboración. - Foto: DB

Un devastador  incendio originado al parecer por un rayo destruyó anoche prácticamente por completo la nave de elaboración de Bodegas y Viñedos Martín Berdugo, enclavada en el término de Cantaburros de Aranda de Duero.

El fuego fue avistado sobre las  21:00 horas por un vecino de la capital ribereña que regresaba por la carretera de La Colonia de la huerta situada en un paraje próximo y quien, en un primer momento, llegó a dudar de que se tratara de un simple resplandor antes de avisar al 112.

Las llamas, que se llegaron a  ver a  varios kilómetros de distancia, se iniciaron al parecer en la zona superior de las oficinas. Rápidamente prendieron en la cubierta de madera y se vieron avivadas por la combustibilidad del poliuretano, material utilizado para el aislamiento del tejado, propagándose hacia el despacho de dirección, las oficinas y el laboratorio, que quedaron totalmente arrasados.

Afortunadamente la nave de almacenamiento y embotellamiento, situada en paralelo y separada apenas unos tres metros de distancia, está construida en hormigón y acero y recubierta de pintura ignífuga, lo que evitó que se viera afectada por el fuego.

El Parque Municipal de Bomberos desplazó hasta el lugar todos los equipos disponibles, pese a lo que se vivieron momentos de angustia, desesperación e impotencia. En el momento que las primeras autobombas agotaron su carga resultaba imposible recargar así como alimentar el camión autoescala para atacar las llamas desde arriba, puesto que el fuego destrozó  el sistema eléctrico e inutilizó las bombas de que dispone la explotación vitivinícola.

Mientras el fuego avanzaba, resultaba estremecedor el ruido que provocaba la caída de los elementos metálicos de la cubierta y los trozos de la viga al golpear en los depósitos de acero inoxidable que se utilizan para la fermentación y posterior almacenaje.

El propio gerente de la bodega, Antonio Díez, y la totalidad de los trabajadores de la plantilla, colaboraron a una para instalar tubos y mangueras para tratar de suministrar agua desde el sistema de riego del viñedo circundante, pero la presión resultaba insuficiente para atender la importante demanda.

Los camiones autobomba tuvieron que acudir  a llenar los depósitos hasta el hidrante antincendios más cercano, situado en la confluencia de las calles Tenerife y Pedro Sanz Abad, lo que también contribuyó a dilatar las labores de extinción.

Finalmente sobre las 23:00 horas, con ayuda de un equipo generador autónomo aportado por los bomberos, se consiguió arrancar la bomba de un pozo existente en la finca que resultó determinante para  realizar  el aporte hídrico necesario  para sofocar las llamas, que quedaron prácticamente controlados sobre las 23:30 horas.

Los propietarios de la bodega evitaron ayer hacer una valoración de las cuantiosas pérdidas que ha tenido que ocasionar el siniestro, a la espera de que hoy, a plena luz del día, se puedan apreciar y evaluar bien los daños. En cualquier caso, afortunadamente tanto el continente como el contenido se encontraban asegurados.

Los trabajadores -la bodega dispone de 11 empleados fijos y la media habitual de contratados es de 22-,  tampoco podían ocultar su preocupación por las consecuencias que pueda tener  el incendio para la viabilidad de la empresa, que en la actualidad no estaba atravesando sus mejores momentos a nivel económico. Las elevadas temperaturas y el humo podrían haber echado a perder la gran mayoría de la importante cantidad de vino que estaba almacenado en los depósitos. Se da la circunstancia de que hace escasos días se acaba de cerrar un importante acuerdo de venta que iba a insuflar liquidez, pero el vino permanecía aún en las instalaciones con lo que se ha dado al traste con la operación.

Hasta el lugar del suceso se desplazaron la alcaldesa de Aranda, Raquel González, y el concejal de Seguridad Ciudadana, Máximo López, que siguieron la evolución del siniestro junto a los dueños de la bodega, intentando aportarles consuelo y ánimo.