Hallan una gran necrópolis en la ermita de Cuevas de Juarros

R.E.M
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En las ocho tumbas en las que se han tomado muestras destaca la reutilización del espacio y la gran cantidad de sujetos jóvenes

La excavación, en principio, enmarca el edificio en siglos plenomedievales. Queda analizar todos los datos para sacar conclusiones. - Foto: DB

Las conclusiones que han ofrecido diferentes autores tras analizar las  características que posee la ermita de Nuestra Señora del Cerro, en Cueva de Juarros, resultan dispares y por ello se ha continuado con las investigaciones para conseguir una datación exacta. Así, se ha descubierto una necrópolis de lajas que, en principio, se contextualiza en los siglos plenomedievales y se han detectado unas ocho tumbas, de las que se han tomado muestras, pero esto podría extenderse en una superficie de entre 150 y 200 metros cuadrados.

Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de los investigadores es precisamente la densa reutilización del espacio como cementerio así como el hecho de que principalmente se trate de sujetos jóvenes e infantiles. «Ahora queremos proceder a una analítica que nos permita datar exactamente esta necrópolis y darle un contexto», explica Fabiola Monzón, encargada de la dirección arqueológica junto a María Gloria Martínez. Han podido averiguar también que había una gran demanda de espacios puesto que han tenido que sacar unos huesos para meter otros enterramientos, por lo que ahora deberán analizar también si esa población pertenecía al actual pueblo llamado Cueva de Juarros o si existía otra aldea más, ya que se incluye en un proceso de formación que da paso a los despoblados.

Se pretendía ahondar concretamente en esa fase fundacional que únicamente se había realizado hasta el momento con otros elementos del prerrománico. Por ello, esta actuación se ha centrado principalmente en un estudio del subsuelo programando actividades diversas. Por una parte, se han realizado prospecciones con técnicas novedosas como la tomografía eléctrica basada en la resistividad del terreno y una prospección con infrarrojos. Y, por otra parte, se han excavado diferentes sondeos de forma manual. Se han abierto tres sondeos, uno de ellos de seis metros cuadrados a una distancia de diez metros de la entrada y otros dos a los lados, de cuatro metros cuadrados. Con ello se han encontrado ocho tumbas, donde el número de individuos llega al doble.

No se excavará ahora toda la necrópolis, ya que el deseo en este momento consistía en tomar datos y conocer ciertos aspectos de la zona. Se documentará lo que existe y, tras tomar las muestras pertinentes, se extraerán las conclusiones y se planteará qué proyecto desarrollar en esta ubicación.

La ermita. La ermita Nuestra Señora del Cerro se trata de un edificio bastante complejo dentro la zona, sobre la que se ha escrito y opinado mucho. Posee diversas fases constructivas. Tiene un aparejo singular llamado opus spicatum, a lo que se añade la disposición de diferentes vanos o, incluso, el carácter arcaizante de sus canecillos que permiten hablar de una fundación en fechas prerrománicas. Los autores la han datado en el siglo X y XI. Pero esto plantea ciertos interrogantes, como asegura Monzón, puesto que se ha hecho «a través de cronologías con otros edificios que podrían tener ese elemento».

Y luego hay una fase «bastante clara» que se puede ubicar entre los siglos XII y XIII, y donde se colocan esos enterramientos localizados ahora. Posteriormente, cuenta con grandes reformas en el siglo XVIII como la sacristía, los contrafuertes y un pequeño tejaroz a la entrada. Por eso, habrá que ver si se puede asegurar con rotundidad si su origen se sitúa en el siglo X-XI o si incluso se puede establecer un período más antiguo. 

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