El grafitero ha estado a punto de colarse en la cama de los vecinos de dos bloques de la calle Hospital de los Ciegos, que el pasado puente de Todos los Santos han vuelto a ser objetivo de estos vándalos, empeñados en destrozar lo que con dinero privado y público se embelleció hace unos años gracias al ARCH.

Los borratajos con las firmas de estos 'artistas' se acumulan sin ningún orden en las fachadas de estos edificios y llegan ya hasta las repisas de las ventanas, no solo de los bajos, sino de pisos superiores. Algunos residentes en la zona del Casco Histórico Alto han expresado su hartazgo en las redes sociales -"estamos hasta los huevos"- y han señalado directamente a las limitaciones del dispositivo de vigilancia policial durante las noches de botellón. "No sirve de nada poner policía local en la plaza de los Castaños cuando el botellón se reparte por Hospital de los Ciegos y Alvar Fañez", denuncian.

No es la primera vez, y lamentablemente seguro que tampoco será la última, en la que los residentes en el entorno del colegio Saldaña expresan públicamente los atentados contra el patrimonio que sufren cada fin de semana. Fachadas, ascensor, escaleras mecánicas, elementos comunes del mobiliario urbano... Nada se libra del ataque indiscriminado.