El Ayuntamiento gestiona 1.300 bienes inmuebles, entre ellos una quincena destinados a la hostelería que traen muchos quebraderos de cabeza por el estado de los edificios y la complejidad de las licitaciones. Cuesta mucho encontrar empresarios que quieran hacerse cargo de ellos por las dificultades que entrañan para ser rentables o por las importantes obras que hay que hacer en los locales.
Es el caso del merendero de Fuentes Blancas, que lleva casi dos años y medio cerrado a pesar de estar en un entorno privilegiado (frente a los toboganes) que utilizan a diario cientos de Burgos. La nueva concejala de Patrimonio, Sonia Rodríguez, quiere reactivar su licitación en los próximos meses con el objetivo de que pueda reabrir en verano.

Sin embargo, el inmueble se encuentra muy deteriorado por el paso del tiempo y necesita de una fuerte inversión para su puesta a punto. Las cubiertas están en mal estado, lo que provoca humedades en el interior. Según explica Rodríguez, los técnicos municipales han cifrado en 85.000 euros las reparaciones para hacerlo ‘habitable’.

En este sentido, la idea es que el canon por el que salga a licitación sea bajo y por un amplio periodo de tiempo, 20 años, para que el empresario que resulte adjudicatario corra con los arreglos y la explotación resulte rentable. «Hay filtraciones que hacen que el sótano esté inundado, hay que reparar el tejado y adecuar el local al negocio que vaya a ponerse», añadió.

Los pliegos técnicos están ya elaborados y quedan los administrativos. El objetivo sería convocar el concurso en primavera para que puedan hacerse los arreglos y abrir en verano, época de mayor utilización del parque de Fuentes Blancas y dar así un servicio adicional.

El anterior adjudicatario dejó la gestión tras el verano de 2017 y pagaba un canon de 70 euros al mes y desde entonces lleva cerrado. En el mandato anterior un hostelero se interesó por su posible explotación pero al no convocarse el concurso no tuvo opción a pujar.

El de Fuentes Blancas es uno de los cinco locales de hostelería que el Ayuntamiento tiene sin adjudicar y, por lo tanto, es dinero que deja de ingresar por el canon. Junto a este establecimiento siguen sin explotar los ubicados en los centros municipales de San Julián (6 años cerrado y dos concursos sin éxito), Castañares (tres años cerrado) y Villafría (tres años cerrado aunque está adjudicado pero el adjudicatario no quiere abrir hasta que no se arregle el tejado). Esta situación ha hecho que la ciudad haya perdido en los últimos tres años 45.000 euros de ingresos por los bares sin adjudicar.

La intención de la nueva responsable de Patrimonio es que este área municipal esté dotada de más técnicos para poder lograr ingresos con los inmuebles que están sin explotar. «Además de aportar este servicio a los barrios pueden suponer ingresos para el Ayuntamiento, así como otros inmuebles municipales», concluye Sonia Rodríguez.