Nadal, 12 veces 'Mosquetero'

Agencias
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El balear vence a Thiem por (6-3, 5-7, 6-1 y 6-1) y consigue su duodécimo Roland Garros

Nadal, 12 veces 'Mosquetero' - Foto: CHARLES PLATIAU

Rafa Nadal es historia viva del tenis.

El tenista español ha conquistado este domingo su duodécimo título de Roland Garros, segundo grande de la temporada, tras imponerse en la final al austriaco Dominic Thiem en cuatro sets (6-3, 5-7, 6-1, 6-1), un resultado que le afianza como el rey de la tierra batida y que le convierte en el tenista con más títulos en un mismo evento individual de Grand Slam.

Quince años después de su primera victoria sobre la tierra batida de París, Nadal necesitó de tres horas y 1 minuto para escribir una nueva página de su legendaria historia. Con este triunfo, el español supera a la australiana Margaret Court, que había ganado 11 veces el Abierto de Australia entre 1960 y 1973.

El español conquistó su duodécima Copa de los Mosqueteros ante Thiem, el mismo rival del año pasado, que si el año pasado no logró arrancarle un set, en esta ocasión el austríaco demostró que ha dado un paso más para acercarse al rey de la tierra y se apuntó una manga.

Su tenis ha cobrado peso y solidez, como demostró en semifinales al vencer a un Djokovic que luce el número 1 del mundo. Pero Thiem aún está lejos de un Nadal que sobre la pista central de París cobra una dimensión casi mística. Cierto que Thiem afrontó el duelo con más fatiga, obligado a jugar cuatro días seguidos por las inclemencias del tiempo que respetaron a Nadal. Pero eso, por si solo, no explica su segunda derrota en la final contra el español.

 

Fiel aprendiz

Thiem entró con brío, deseoso de tratar de tú a tú al dueño del lugar. De su raqueta salía dinamita, respondida por la pólvora del español, lo que se plasmó en una primera manga intensa y lúcida. Nivel de 10, dos titanes con armas diferentes, cada uno poniendo sobre la arena sus mejores argumentos. Fiel aprendiz de su maestro, el austríaco pareció Nadal por momentos. Devolvía esas bolas que normalmente sirven para ganar un punto y que, remitidas al otro lado de la pista, se convierten en regalos envenenados, porque a nadie le gusta tener que ganarse dos veces lo que ha costado tanto conseguir una.

Así, asentado en un revés de seda, de esos de una mano que tanto oxígeno dan, Thiem se convirtió en un muro ante el que la pólvora de Nadal parecía mojada. Se colocó con ventaja 3-2 y saque, mientras la Philippe Chatrier comenzaba a relamerse pensando que al fin tendría una final disputada.

Pero Nadal no tardó en reaccionar, con bolas más profundas recobró la iniciativa del partido, recuperó el servicio y con una serie de cuatro juegos seguidos ganados colocó la contienda de su lado. Entonces Thiem varió la estrategia, con puntos más cortos que sostuvieron empuje del español en un segundo set más calmado.

Nadal bajó el pistón y se vio sorprendido en el duodécimo, en el que cedió el servicio y el set. El primero que le arrebataba Thiem en cuatro duelos en París. El primero que perdía el español en una final en Roland Garros desde 2014.

Disgusto mayúsculo en el balear, que saltó como un niño al que han quitado su juguete favorito. Resultado, 16 puntos a uno, dos roturas de servicio y 4-0. Tortazo en la moral de Thiem que debió pensar que es mejor no molestar a la fiera y que cedió el set ganando solo siete puntos.

Así no es fácil reengancharse, sobre todo cuando al otro lado no se nota ni una grieta. Nadal veía ya, junto a Rod Laver, el mito del tenis australiano, la copa que ha ganado más que nadie y sus ganas de levantarla fueron en aumento. Solo faltaba ir a recogerla y el español puso la directa.

 

 

Al conseguir su decimoctavo título de grande, Nadal se afianza en la segunda plaza histórica en la competición individual masculina, que lidera el suizo Roger Federer con sus 20 entorchados. El balear se queda a solo dos títulos de igualar al tenista helvético, que cuenta con otras 10 finales (8 del español). El podio histórico lo completa el serbio Novak Djokovic, con 15, y los tres superan al durante mucho tiempo referente en esa faceta, el estadounidense Pete Sampras (14). 

Desde que conquistara su primer grande en Wimbledon 2003, Federer acumula ocho trofeos sobre la hierba inglesa (2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2009, 2012 y 2017), seis Abierto de Australia (2004, 2006, 2007, 2010, 2017 y 2018), cinco US Open (2004, 2005, 2006, 2007 y 2008) y un Roland Garros (2009). 

Por su parte, Nadal cuenta con doce títulos en París (2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2017, 2018 y 2019), tres del US Open (2010, 2013 y 2017), dos en Wimbledon (2008 y 2010) y uno en Australia (2009).

El éxito también afianza al balear como rey de la tierra batida con 59 trofeos, por delante del argentino Guillermo Vilas (49). Se trata también de su segunda victoria final del año, tras imponerse en la final del Masters 1.000 de Roma, también sobre la arcilla roja, ante Djokovic (6-0, 4-6, 6-1). 

Sin embargo, continúa cuarto en la clasificación histórica de títulos ATP (82), que comanda el estadounidense Jimmy Connors (109) por delante de Federer (101) y del checo Ivan Lendl (94).