El velódromo de San Cristóbal tampoco se tocará este mandato

H.J.
-

Tras el amago de 2019, sale de las prioridades municipales en materia de inversiones deportivas y sigue acumulando años de abandono y proyectos incumplidos

Vista general del complejo, que cuenta también con cancha de atletismo y otras dotaciones deportivas. - Foto: Alberto Rodrigo

Hace dos años tuvo su última oportunidad. Poco después de que el PSOE ganara los comicios municipales, el equipo de Gobierno municipal anunció que estaba decidido a cumplir el punto de su programa en el que hablaba de una instalación ciclista olvidada por casi toda la ciudad: «Reconvertiremos el actual velódromo en el barrio de San Cristóbal en un centro polideportivo. Integraremos los actuales campos de fútbol del José Manuel Sedano en el mismo recinto deportivo para que se puedan utilizar los nuevos vestuarios en todas las competiciones deportivas. Y construiremos una grada de 500 espectadores frente al campo», decía el compromiso electoral.

Se habló de la construcción de un recinto multideportivo, e incluso se pretendía estudiar la posibilidad de contar con piscinas. Pasado el ecuador de la legislatura, el concejal de Deportes, Leví Moreno, reconoce que el velódromo no es, ni mucho menos, una prioridad.

La remodelación de las piscinas de verano de El Plantío y el polideportivo de San Pedro y San Felices copan de momento las inversiones municipales en esta materia. Y si hay oportunidad de añadir alguna otra obra importante de aquí al final del mandato, le tocará el turno al polideportivo Carlos Serna, «que necesita un arreglo integral cuando tengamos partida», dice Moreno, quien apunta además a los campos de fútbol de Pallafría como otro objetivo a medio plazo. Pero nunca la instalación ciclista de San Cristóbal.

El velódromo, que fue inaugurado en 1986, cuenta con una pista de hormigón que recorre todo su perímetro, peraltada tal y como exige la práctica del ciclismo en pista, y precisamente la existencia de este elemento es el que condiciona y complica el futuro. Porque para hacer cualquier tipo de instalación habría que derribarlo, y eso cuesta muchos miles de euros.

Solares vacíos. «Hay empresas que tienen interés en parcelas municipales para poner en marcha complejos como en su día fue el Talamillo en el G-3, y la ubicación, aunque no sea céntrica no sería un problema en el caso de San Cristóbal, pero te piden solares vacíos», apunta el concejal de Deportes. Nadie quiere asumir el coste de un derribo previo a cualquier actuación. Además, los proyectos de grandes gimnasios están descartados porque han pasado en los últimos meses y siguen pasando momentos delicados, con motivo de todas las restricciones pandémicas.

(La información completa, en la edición impresa o aquí)