Llega el fin de la clemencia para las terrazas ilegales

H. JIMÉNEZ
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Con la llegada del invierno y la desaparición de las restricciones a la hostelería, el Ayuntamiento empieza a tomar cartas en las instalaciones que han proliferado sin control

La terraza ‘fantasma’ de Luis Alberdi, que ocupa plazas de aparcamiento aunque su negocio lleva cerrado meses. - Foto: VALDIVIELSO

Durante meses el colectivo hostelero fue uno de los más duramente golpeados por la pandemia. Tuvieron los locales completamente cerrados, luego pudieron abrirlos a medio gas, después se los volvieron a cerrar, más adelante limitaron su trabajo a las terrazas y finalmente regresaron a la normalidad con pies de plomo hasta llegar a la eliminación de restricciones.

Con esa premisa, el Ayuntamiento les regaló durante todo este 2021 la tasa de ocupación del suelo público, por la que no han tenido que pagar. También permitió la extensión de muchos veladores y la colocación de otros donde nunca había dado permiso. Pero el tiempo de la clemencia parece estar agotándose y en las últimas semanas la administración ha anunciado varias medidas para recuperar el control sobre los que se han desmadrado.

A partir del 1 de enero todos tendrán que volver a pagar por las terrazas. Además, ya no se darán nuevos permisos para la extensión de las mismas, aunque se mantendrán las ya existentes para garantizar la rentabilidad a quienes hayan llevado a cabo inversiones en sus negocios. Y en paralelo se empezarán a revisar los casos más llamativos. Por ejemplo, el de aquellos establecimientos que están cerrados y sin embargo disfrutan de terraza que invade aparcamientos, como recientemente denunciaron en este periódico los vecinos de la calle Luis Alberdi. Y también exigirá a quienes hayan levantado cerramientos que cumplan con las exigencias del decreto de Alcaldía de octubre de 2020.

El responsable municipal de Licencias, Miguel Balbás, explicó hace unos días que van a remitir cartas a a los negocios con este tipo de veladores (son 89 en toda la ciudad según la base de datos del Ayuntamiento) para recordarles los requisitos que deben respetar. Entre otros, que estos cerramientos solo tengan tres de las cuatro paredes cerradas y que haya al menos 25 centímetros por los que discurra el aire entre la parta más alta de cada lateral y la cubierta.

Se trata de evitar que existan terrazas cubiertas en las que no haya una buena ventilación, puesto que precisamente el objetivo de permitir su instalación era promover que los clientes permanezcan en espacios donde circule el aire y sea más difícil que se propague el virus, además de aportar una mayor seguridad a los consumidores de la hostelería.

A todos los negocios implicados se les dará un plazo de tiempo para solventar deficiencias y tras ello habrá una campaña de inspecciones. Si sumamos estos casos a los de las terrazas fantasma de establecimientos que no funcionan, y ahora también a los veladores colocados sobre terrenos privados aunque sean de uso público, a la concejalía de Licencias y a la Policía Local se les va a acumular el trabajo durante las próximas semanas.