El HUBU oferta 53 plazas MIR y pide otra para Anestesia

GADEA G. UBIERNA
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Hace años que no se sacaban las 53 acreditadas. Preocupación en Oftalmología porque sus residentes operan menos de lo que estable su plan de estudios. No van a San Juan de Dios

Foto de archivo de una operación de cataratas en el HUBU, que los residentes de Oftalmología ahora apenas hacen. - Foto: Jesús J. Matí­as

Por primera vez en más de una década, el HUBU ofertará todas sus plazas de formación para residentes: 53, una más de las acreditadas el año pasado dado que Cardiología podrá especializar a dos médicos cada año en lugar de uno. La Consejería de Sanidad trata de paliar así el déficit de profesionales que atenaza a la sanidad pública, después de lustros de escatimar con las plazas de residentes para ahorrar en salarios, fundamentalmente. Esa política ha desembocado en la urgencia que se vive ahora, sobre todo en algunas especialidades como Anestesiología, que ha pedido permiso para poder preparar a tres médicos en lugar de dos. En caso de que el Ministerio de Sanidad lo apruebe, esta ampliación no entraría en vigor hasta 2023, pero el servicio considera que cuantos más residentes forme más probabilidades hay de que se queden a trabajar en el hospital una vez terminada la especialización. 

Y mientras unos servicios del HUBU aumentan el número de plazas autorizadas para formación, otros temen perder la acreditación como docentes. Es el caso de Oftalmología, donde admiten estar «muy preocupados» por la posibilidad de que el Ministerio de Sanidad considere que no se están cumpliendo los objetivos fijados en el plan de estudios de los residentes que están en el período de especialización por el parón de la actividad quirúrgica que ha provocado la pandemia.

Antes del comienzo de la crisis sanitaria, los oftalmólogos disponían de diez quirófanos a la semana y ahora lo normal es que tengan dos. Esta situación, prolongada en el tiempo, provocó que los residentes y sus tutores pidieran apoyo al jefe de estudios de Formación Especializada en el HUBU, el entonces subdirector médico Felipe Reoyo. «Están preocupados porque ven que pasan los años y no saben operar lo más básico de Oftalmología», dijo, destacando que pidió a San Juan de Dios que «mientras el HUBU no pudiera dar una dotación normal de quirófanos, nuestros residentes fueran allí a operar cataratas». Afirma que la respuesta fue negativa, sin que el hospital privado haya querido explicar en este periódico las razones por las que no está haciendo algo que se acordó tras la firma del convenio especial en 2019. Según se explicó entonces, la obligación de impartir docencia fue una de las razones por las que San Juan de Dios contrató a un oftalmólogo del HUBU para atender a los pacientes que Sacyl iba a derivar por las cataratas. 

Reoyo confía en que el aumento de la actividad quirúrgica en el HUBU, que ahora programa cirugías casi con normalidad, palie lo que han perdido los residentes de Oftalmología, dado que no hay otra forma de adecuar su formación al plan de estudios. «Si por haber tenido pocos quirófanos les tenemos que penalizar con un año más o dos de residencia, estarían en desigualdad con respecto al resto de médicos de España y no están dispuestos; no está el mundo laboral como para perder años en la formación», remachó Reoyo.

El todavía jefe de servicio de Oftalmología, Javier Jiménez, coincidió en que «es muy difícil que recuperen lo que han perdido, porque a operar solo se aprende operando».

El descenso de la actividad de quirófano ha afectado a todos los residentes de especialidades quirúrgicas, aunque el vocal de esta materia en el Colegio de Médicos, Roberto Alcalde, afirmó que «ahora se están retomando los planes formativos».

Quienes aprueben el examen MIR el próximo invierno y tengan interés en especializarse en el HUBU podrán optar a 47 de las 53 plazas que se ofertan; el resto son de Farmacia (3), Psicología (2) y Biología (1).