Belén Delgado

Plaza Mayor

Belén Delgado


El salario como lacra

14/06/2021

No es su labor, pero el Banco de España nos acaba de decir cuál es el precio de la subida del SMI aprobada por el Gobierno: hizo crecer menos el empleo en los salarios más bajos. Dejarlo cerca de la playa del mileurismo restó hasta casi 180.000 puestos de trabajo. Con el último arreón, los ciudadanos peor pagados deberían cobrar 950 euros al mes en mano. Es decir 13.300 euros anuales, pagas extra (dos) incluidas.
Sería fácil hacer demagogia y compararnos con Luxemburgo, en el que parece que todos sus ciudadanos podrían ocupar el sillón del gran ducado ya que el peor pagado se lleva 2.202 euros cada 30 días. Entiendo mejor por qué abonan por una cerveza y un sandwich lo que en España costaría un buen menú del día, con café y postre, y nadie se lleva las manos a la cartera. Pero también podríamos doblar el mapa hacia el Este e irnos a Bulgaria, donde el salario apenas anda por los 322 euros. Cifra que explica aquella cínica propuesta británica del ‘fontanero búlgaro’ por la que pretendían que éstos les arreglasen las fugas de agua pero cobrando los salarios de Sofia, no los de Londres.
Una de las cosas que ha dejado clara la recurrente crisis que empezó en 2008 es la facilidad de la economía para hacer el ‘acordeón’ por sus extremos: multiplicar los salarios más altos, mientras se encogen los más bajos. Y ante esto, el supervisor bancario parece más interesado en echar cubos de agua fría sobre las aspiraciones de los trabajadores que en meter en cintura a esos banqueros que despiden a 8.000 empleados del sector mientras se triplican su sueldo.
Su informe dice algunas cosas que invitan a reflexionar. Como el hecho de que una de cada cuatro personas que cobran este SMI son jóvenes menores de 25 años. Los mismos que ya sufren un paro por encima del 40%. Pero ni con salarios de miseria logran entrar en el mundo laboral. No solo trabajan menos y, por tanto, cotizan poco. Sino que son muchos menos que sus padres y abuelos del ‘boom’. Seguro que ni a Octavio Granado (exsecretario de Estado de este asunto) le salen las cuentas sobre cómo garantizar unas pensiones dignas en el futuro. Salvo que el (casi) mileurismo se convierta en transversal. Y no en la puerta de entrada a la semiesclavitud laboral.